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Nicole Miller
¿Alguna vez han escuchado la frase "se me corta la respiración" cuando ven a alguien emocionado?
En mi caso no es por emoción o por algún otro sentimiento eufórico. Nací el 4 de junio en Moscú, fui prematura con tan solo 7 meses, por lo tanto mis órganos no se alcanzaron a formar del todo incluyendo mi pulmón izquierdo y alguna arteria de mi corazón.
Mis padres decidieron no tener otros hijos ya que yo necesitaba "cuidados especiales" siendo la única en una familia privilegiada blanca.
A los 5 años me mudé a estados unidos a recibir un nuevo tratamiento, desde entonces he vivido aquí o bueno en los hospitales que por cierto ya tengo una habitación propia en ellos.
En los últimos años el tratamiento que he recibido mostró resultados positivos en mi pulmón pero mostró un grave resultado en mi corazón.
Los doctores le comunicaron a mis padres que con mucha suerte viviría un año pero que si seguía un nuevo tratamiento podría vivir más allá de los 40 años.
Estaba agotada de los hospitales, no quería vivir una vida sin ir a controles cada semana con un doctor que me conocía desde los 5 años, el solo hacía su trabajo pero verle el rostro todas las semanas durante 10 años no era muy divertido.
No iba a la escuela, estudiaba en linea en una escuela para niños con enfermedades terminales, consideraban que era lo mejor para mí.
Pero, ¿Quien se preocupaba de lo que yo opinara?
No iba a seguir el nuevo tratamiento, a pesar de los reclamos, manipulaciones e incluso súplicas de mis padres. No lo iba a hacer, los amaba mucho pero no quería vivir así.
Solamente quería descansar y olvidar todo por un momento
Nadie lo entendía. Nadie me entendía corrijo, el solo hecho de que nunca pude mantener conversaciones con chicos de mi edad o entablar amistades me hacía sentir desolada e inútil.
Amaba las películas de romance, esperaba que algún día algún enfermo terminal se enamorara de mi como en mi libro favorito "a dos metros de ti" pero era tan solo ridículo pensarlo
