I'm 🇳 🇴 🇹 𝓎ℴ𝓊𝓇𝓈 - KᴀʟDᴏx

I'm 🇳 🇴 🇹 𝓎ℴ𝓊𝓇𝓈

El laboratorio se sentía frío, aún si él estaba realizando experimentos con un radiador.

Hace dos semanas que no sabe nada de Clark, y éso lo preocupa más de lo que desearía o recomendaría. Sabe que Clark tiene una vida y deberes de héroe en el pasado, pero eso no evita que desee con todo su corazón que su querido Superman estuviera, en ése mismo momento, abrazándolo o repitiendo le que tenga más cuidado al experimentar.

El adolescente suspiro, tenía tantas ganas de ir al pasado y sorprender a su "amigo", pero era peligroso para alguien del futuro ir al pasado. Aunque si iba solo un momento para traer a Clark... ¡No! Era una terrible idea, y si Imra o Rokk se enteraban se enfadarían terriblemente; últimamente esos dos lo vigilan mucho y no sabe por qué... bueno, tal vez casi destruye la Tierra una o dos veces mientras experimentaba, ¡pero solo eso!

Y ahora, estaba en debate consigo mismo. Por un lado, no quería causar problemas irremediables en el espacio-tiempo; y por el otro, Rokk le advirtió muchas veces que no se metiera en problemas, y él jamás escuchaba a Rokk.

En momentos así sentía como si tuviera un angel y un demonio en sus hombros, mayormente ese pequeño y travieso -pero inofensivo- demonio ganaba sobre el ángel, y está vez no fue la excepción.

Desearía que hubiera perdido, lo deseaba en serio.

Deseaba volver al momento en que pensaba que Clark lo amaba únicamente a él, pero ya era tarde. No viajo lo suficientemente al pasado y ahora estaba fuera de la casa Kent, viendo a un Clark adulto junto a una bella mujer.

Brainy sabía que Superman estaba enamorado de Lois Lane en casi todas las Tierras, y en otras con Lana Lang, mas aún así soñaba con poder ser el único receptor de su amor. Así que llamar "dolor" a la emoción que sentía en ese momento era quedarse muy corto.

Las siguientes veces quel coluano se encontró con su "enamorado" -si es que lo podía llamar así- fueron altamente escasas y casi evitadas por Dox.

Y es que la curiosidad pudo con él, lo guío hasta más en el pasado para descubrír al joven Clark, que solía visitarlo para recibir todo lo que el pequeño cyborg podía darle, completamente enamorado de Lois Lane.

Brainy quisiera decir que la reportera era su rival amorosa, pero, ¿es rival si ya sabe que no tiene oportunidad de ganar nada? Clark la ama, y él solo estorba.

Puede ser algo ocasional, no le molesta ser la segunda opción; duele, pero no puede evitar amarlo. Por más que sepa lo mucho que se autodestuye al amar a alguien a quien jamás terminara de conocer, por más que sepa que nunca sera correspondido con el mismo tipo de amor, lo ama y le daría todo en el mundo con tal de verlo feliz... Aún si no es completamente a su lado.

Brainiac 5 veía como Clark iba y venía del futuro al pasado, su estómago se retorcía cada vez que pensaba en los encuentros que este debía tener con la mujer.

Ya se estaba acostumbrando a eso de ser a quién Clark buscaba cuando estaba solo; se estaba acostumbrando a la sensación de no ser suficiente para el primer puesto.

Y lo soportaba todo solo para poder recibir una mirada que transmita todo el amor que su corazón añora, que le transmita la sensación de ser el amor de su vida, que nunca volvera a irse.

Pero nunca llegó por que Brainy no es de Clark, y aunque lo quiera, no puede cambiar así la realidad.

Clark es de Brainy, muy, pero muy dentro de su mente es así. En las simulaciones en la camara de entrenamiento es así.

—¡Oye, Brainy!— la dulce voz del ser al que más amaba lo regresó a su laboratorio, a su frío y obscuro laboratorio, que empezaba a tornarse más cálido con la presencia del kryptoniano—. Timber Wolf me mandó a decirte que su anillo de vuelo está fallando, ¿Tendrás algún repuesto?

—No. No tenemos tanto presupuesto para hacer más anillos, mejor le presto el mío hasta que pueda reparar el suyo—. El coluano se giró para evitar la mirada del contrario, cosa que no pasó desapercibida.

—¿Sucede algo, Brainy?— El kryptoniano se acercó, tomándolo del hombro para que no pudiera evitarlo más.

—No. Nada—, contestó.

—Brainy—. La voz canturrona llego a las orejas verdes del coluano, haciendo que su color se oscureca—. Dime la verdad.

La verdad. Hace tanto que lo guarda, específicamente está ocultando la verdad desde hace tres semanas; dos días; ocho horas; cincuenta y siete minutos con nueve segundos. Ya no sabía cuál era la verdad y la mentira de su vida y relación, tampoco quería saber la respuesta.

Su verde mirada se perdió mientras su brillante cerebro lo torturaba con imágenes de Clark abrazando y amando a Lois Lane, ya no sabía si eran reales o falsas, solo sabía que eran dolorosas y contenían cierta verdad que no quería admitir.

Apenas pudo evitar la pregunta de Clark, fue salvado por un llamado de Tinya. La chica intangible lo cito al Museo de Superman para hablar, eso no le dió buena espina.

El rubio se sentó en una banqueta junto a la chica de Bgztl, esperando a que ella hable primera.

Los minutos pasaron, y ambos solo se dedicaban a ver la gran estatua del héroe más grande de toda la historia frente a ellos.

—Déjalo ya, Brainy—, la femenina por fin rompió el silencio—, él no te ama—. Tan directa y sincera.

El adolescente de piel verde bajo la cabeza, lo que decía su amiga era cierto y le consta, pero esta enamorado; las personas enamoradas hacen estupideces.

Sí, es por eso que discutió con una de sus amigas en pleno museo.

Solo estaba enamorado.

Pero ahora que estaba frente a Clark, sollozando y deramando lágrimas por haberse enterado de que se va a casar con Lois, se daba cuenta de todo lo que dejó atrás por él: su amistad, su dignidad y su propia auto valoración.

Ya no podía con todo, dolía mucho ver que entre ellos no se pertenecían. Eran de mundos y tiempos distintos, pero siempre tuvo la fé de que eso no los podría separar.

—Dime que me vaya, Clark—, sollozó de repente el coluan—. No seas egoísta y dime qué me vaya, antes de que me hagas más daño del que pueda reparar.

El mayor sabía que tenía razón, lo estaba lastimando, pero él también saldría lastimado si ya no tenía al cyborg junto a él.

—No puedo—. Egoísta. ¿Qué dirían todos de que El Hombre de Acero fuera tan egoísta?

No. No podía con esa respuesta.

—Por favor—, volvió a sollozar—. Ya no puedo aguantar más.

Esas fueron las últimas palabras que Clark escucho del coluano antes de volver al pasado y no regresar.

Clark quería mucho a Lois y también a Brainy, era egoísta por éso, pero como quería tanto a Brainy es que no podía verlo así.

Querl no podía ser de Clark, y Clark no podía ser suyo. Por más que él quisiera todo, jamás lo tendría; jamás sería suyo.

No importaba cuánto tiempo pasará, Clark no regresó.