P R O L O G O

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El rey demonio y el zorro hicieron su emboscada en la antigua Japón, la dinastía regente de ese entonces al Este de las montañas mantenía sus riquezas intactas y se encontraba en su mayor esplendor, habían grandes murallas y el castillo se alzaba imponente entre las rocas llenas de nieve debido a la altura de su ubicación. 

Pero toda aquella belleza escondía la realidad, la mayoría del oro, la estructura misma del castillo y las fiestas largas, todas eran a costa de la explotación de su pueblo, las guerras "relámpago" a su al rededor con pueblos aledaños al enemigo, por lo cual, eso aumentaba el peligro en "Shin" castillo conocido también por la crueldad del emperador. Aquella tarde, habían capturado a los ladrones del Noreste, Jang, la más joven de un grupo de ladrones, yacía entre los prisioneros, cuyas manos las llevaban atadas en la espalda, el cuello enrojecido debido al listón con el que los jalaban. Habían recorrido un largo camino desde el Noreste hasta llegar a las montañas, muchos murieron y duplicaban el peso de la carga.

-¡Muévanse ratas asquerosas!-gritó uno de los guardias 

Aquella mañana, estaba la tormenta en su apogeo, aún así, muchos sobrevivieron, Jang veía a las personas con las que había convivido tanto tiempo, caer por el acantilado, otros enfermaron por las heridas tan graves y finalmente cargaba con ellos, todos en una fila, todos avanzando. Jang no mostró sus lagrimas, tampoco se quejó cuando la golpearon tanto que sintió que moriría antes de que la ataran. Pero, lo que nadie sabía era lo que ella albergaba y mucho menos, esperaban el final del castillo "Shin".

-¿Pero que tenemos ahí...?-susurró el Rey demonio a la distancia

El zorro había estado mirándola, su cabellera rubia resaltaba entre los presentes y daba la impresión de ser la única que daba hasta el último esfuerzo por seguir avanzando en aquellas escaleras tan pequeñas e inclinadas <<Morirá>> pensó cuando uno de los guardias la bofeteó y manchó la nieve de sangre, pero entonces notó lo mismo que el rey demonio...

-Esa chica...-susurró Tomoe

-Por lo que veo tienen un gran tesoro...

Akura se sintió atraído por la mujer, tanto que no disimulaba su ambición, Tomoe fue más reservado, sabía perfectamente que si mostraba interés alguno, sería aumentar más la piedra en el zapato. Jang alzó la vista al cielo y algo golpeó el pecho de Tomoe, tan fuerte que tuvo que agarrarse del tronco donde estaba sentado, tuvo una visión...


*    *   *

La buscaría, claro que lo haría sin importar qué. Se fue antes de la medianoche, justo estaba el emperador en su ceremonia inquisitoria contra los bandidos, a unos los colgaron, otros los marcaron "dando segundas oportunidades", pero en el rostro tenían la palabra "ladrón". El emperador soltaba carcajadas, estaba ebrio y parecía que entre más licor tomase, más sádico se volvía..

-Te buscaré en la otra vida... Hermana.-susurró un chico a Jang

Su cabeza rodó hasta las rodillas de Jang, se quedó muda, abrió la boca intentando inhalar, el zorro la seguía observando en uno de los peldaños del castillo...

-¡Tu turno!-gritó uno de los guardias

Jang tambaleó para levantarse, uno de los guardias la empujó tan fuerte que sus rodillas sangraron, alcanzó a ver por el rabillo del ojo como se llevaban el cuerpo de quien la había considerado su hermana, una lagrima salió por fin...

-¿Pero que maravilla tenemos aquí?-el emperador se levantó 

Entre dos guardias la llevaron hasta el centro de aquel patio, el emperador caminó hasta ella, le sujetó el rostro; el iris carmesí, sus facciones claramente no eran asiáticas...

El hilo del destino (Tomoe y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora