Introducción

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Aristóteles dijo, «La verdadera felicidad consiste en hacer el bien.». Y eso fue lo que Fausto hizo.

Mi abuelo era amante de la filosofía. Su padre, Merlí, era profesor en un instituto de Barcelona. Él sabía de todo sobre cada filósofo  del peridodo de la civilización griega. Su ejemplo a seguir fué Aristóteles, y descubrió que la original ''Ética nicomáquea'' (el libro más popular escrito por este mismo filósofo) se hallaba en su ciudad natal, Estagira. En el primer mes de 2018, Merlí falleció debido a un derrame cerebral y toda su investigación permaneció escondida bajo tierra. 

Nadie sabía nada hasta el primero de septiembre del 2038, mi abuelo con 25 años recién cumplidos, logró descifrar el código de la abertura de la cámara de su sótano, haciendo así, encontrar documentos de su antepasado sobre la búsqueda de ''Etica a Nicomano''.

A día de hoy, esa cámara fue destruída por Fausto, mi abuelo. Deseaba que esos pergaminos sagrados no fueran extraídos por manos no adecuadas e hizo que nada ni nadie supiera quién era su padre y que quería esconder. Así que decidió acabar lo que Merlí empezó: encontrar el libro de Aristóteles.


Tras la huella perdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora