Chiara oía gritar a sus compañeros lo agradecidos que estaban y se disponía a imitarlos, pero en ese momento escuchó un suspiro tembloroso a su lado, lo que hizo que girara la cabeza automáticamente, preocupada. Vio a Violeta con los ojos acuosos y una sonrisa tambaleante, mirando agradecida al público, lo que le encogió el corazón y, a su vez, la llenó de ternura. Decidida a hacerla reír, comenzó a buscar a su alrededor cualquier cosa que pudiera usar para bromear y animarla. Una idea pasó por su mente y, tan pronto como sus compañeros iban abandonando el escenario, se preparó para llevarla a cabo.Violeta pasó por detrás de ella, empujándola suavemente de la espalda con la intención de que la siguiera hacia el backstage, pero Chiara ignoró su prisa y tomó a Denna de la mano, llevándola al centro del pasillo del escenario, donde se había acumulado mucho confeti. Cogió un puñado y rezó para que la granadina no se hubiera ido. Al girarse, una sonrisa se formó automáticamente en su cara al ver a Violeta de pie, esperándola, con una expresión de confusión pero sin intenciones de irse sin ella.
Chiara corrió hacia la andaluza, con la mirada fija en sus ojos, y cuando llegó a su lado, le echó el confeti por encima, procurando guardarse algunos pedacitos para dárselos como recuerdo. Al ver la felicidad en su rostro y oír su risa sincera mientras giraba entre los papelitos, la pelinegra no pudo evitar sentirse orgullosa de sí misma por haber logrado que Violeta olvidara sus pensamientos, aunque fuera por un momento, y verla hacer lo que más le gustaba: sonreír.
Una vez en el backstage, Chiara tomó suavemente la mano de Violeta y la llevó a un rincón tranquilo. Allí, con una sonrisa cálida, le entregó los trocitos de confeti que había guardado. Violeta los aceptó ilusionada, su rostro iluminado por un puchero de ternura que pronto se transformó en una enorme sonrisa. Sus ojos brillaban y, en ese instante, se miraron, compartiendo un momento de los suyos, uno de pura felicidad.
Violeta, aún riendo, se acercó más a Chiara y la abrazó con fuerza, sintiendo el calor y la seguridad que siempre encontraba en sus brazos. Esta correspondió el abrazo al instante, envolviéndola con cariño y susurrando suavemente en su oído:
—Me encanta verte sonreír.
❃❃❃
Chiara se removió levemente al sentir besos en su nuca y hombros, pero sin abrir los ojos aún. Estando medio dormida, murmuró algo incomprensible y se aferró más al brazo que envolvía su cintura, pegándose completamente a la persona que la abrazaba desde detrás.
Violeta sonrió contra la piel de su cuello, dejando una hilera de besos suaves que ascendían lentamente desde su oreja hasta su mejilla. Desde su posición, pudo observar la sonrisa que Chiara intentaba ocultar sin mucho éxito, sus labios curvándose en una expresión de felicidad plena imposible de disimular.
—Te he visto, sé que estás despierta —susurró Violeta en su oído, provocando un escalofrío que le recorrió la columna.
—Sigue —pidió la menorquina, su voz un susurro necesitado, negándose a dejar de sentir los labios de su novia y el dulce hormigueo que estos ocasionaban en su piel.
Violeta continuó, besando delicadamente la línea de su mandíbula y volviendo a su cuello, mientras acariciaba con esmero su estómago y cintura, disfrutando de cada reacción de Chiara, quien se estremecía ligeramente con cada contacto. En aquella habitación de hotel solo se oían sus sonrisas y labios chocando contra la piel.
Chiara finalmente abrió los ojos, girando un poco la cabeza para encontrarse con la mirada amorosa de Violeta. Sus ojos se encontraron y, en ese instante, a la pelinegra se le olvidó todo lo demás, siendo solo consciente del calor de sus cuerpos entrelazados.
—Buenos días, mi amor —murmuró la pelirroja con voz suave.
—Buenos días —respondió Chiara, girándose por completo para acurrucarse más cerca de ella, enterrando su rostro en el hueco de su cuello. Violeta sonrió, sintiendo el cosquilleo de su respiración en su piel. Con cuidado, le giró la cabeza y le depositó un beso suave en la frente, haciéndole cerrar los ojos. Después, Chiara llevó sus manos a su rostro de para acariciarlo y, tras mirarla durante un tiempo con total adoración, unió sus labios en un beso tierno y profundo.
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One Shots | Kivi
RomanceHistorias cortas de dos románticas del romanticismo. (mayoritariamente softs y con mucha intensidad, suficiente drama tenemos ya en la vida real)