Érase una vez un sueño

Capítulo 1

¡Como regalo especial para los fans en mi cumpleaños, publicaré esto como una historia completa!

Silver miró al niño pequeño en sus brazos. Cuando se dio cuenta de que estaba en un sueño, fue a buscar al soñador. No era un lugar que reconociera y algo en él era casi todo lo contrario de su propia casa. Todo era casi idéntico, hasta los coches y las casas. En la decoración sólo se podían ver pequeñas diferencias.

Había encontrado a este pequeño lloriqueando en un árbol, siendo mantenido como "rehén" por un perro de aspecto particularmente desagradable. Cuando la ayudó a bajar, el "perro" había desaparecido, como si no hubiera estado allí desde el principio.

La niña era tan pequeña y frágil. Silver no había dudado en envolverla con su chaqueta del dormitorio, haciendo que se acurrucara contra su costado casi como un gatito.

Su cabello era negro o rojo muy oscuro. No podía decirlo porque estaba demasiado oscuro. Llevaba ropa que no le quedaba bien y estaba claro que no estaba alimentada adecuadamente. Silver se enfureció al ver un abandono tan obvio.

A medida que el sueño comenzó a aclararse, Silver abrazó al niño un poco más. Su presencia pareció calmar a la pequeña y permitirle dormir bien. Sombras grises que sospechaba que eran recuerdos o pesadillas permanecían en los bordes, esperando atacar.

Lo único que Silver recordaría al despertar era lo profundos que eran sus ojos verdes. Eran casi del mismo tono etéreo de verde que su rey. Eran bastante hermosos.

Pasaron unos días y Silver se encontró nuevamente en el sueño de la misma chica. Ahora parecía un poco mayor, aunque el perro había desaparecido. Parecía estar en el tejado de un edificio, con niños pequeños burlándose de ella.

Sintiendo su angustia, se sentó a su lado y la dejó dar el primer paso. Después de un momento, ella se acercó con cautela a donde él estaba y se acurrucó a su lado.

Silver no sabía lo que estaba pasando y después de pensarlo un poco decidió distraerla de la situación. Le habló en voz baja de la cabaña en la que vivía con su padre, de su amigo Sebek y de las pequeñas bromas que a su padre le gustaba gastarles a ambos.

La chica estaba callada y le tomó un momento darse cuenta de que las sombras se estaban aclarando a su alrededor. El cielo había pasado de estar nublado y casi lluvioso a simplemente nublado aunque todavía oscuro. No por una lluvia inminente, sino más bien por el día y la noche.

Silver siguió hablando, contándole pequeñas historias de su infancia. Pareció ayudar y se dio cuenta de que ella estaba escuchando atentamente.

Al verla empezar a bostezar, se dio cuenta de que se despertaría pronto.

Al despertar en su propio dormitorio, tuvo que preguntarse cuál era el nombre de la niña.

"¿Qué demonios es esa cosa?" gritó un adolescente con cabello azul oscuro y una marca de pala en el rostro.

"¡A quién le importa, simplemente corre!" gritó un adolescente pelirrojo. Tenía una marca en forma de corazón en el ojo.

El familiar felino ya estaba muy por delante de ellos, mientras que un niño pequeño estaba rezagado.

En todo el caos, el adolescente de cabello negro ni siquiera se dio cuenta de que se le había caído su nuevo bolígrafo.

El niño pequeño, que tenía el pelo rojo oscuro que podía confundirse con negro a la luz del sol, cogió el bolígrafo. Una expresión decidida llenó sus rasgos y, en lugar de correr, tranquilamente apuntó con el bolígrafo al monstruo.

El adolescente de cabello negro se detuvo lo suficiente cuando se dio cuenta de que ella no los estaba siguiendo.

La chica estaba perfectamente tranquila mientras entonaba con voz clara...