[Descontrol]

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POV FREDDY TRUCAZO

Andrea había vuelto. Algo que no fui capaz de interiorizar hasta que llegamos a casa y la vi sentada en el sofá, justo como tantas miles de veces y con un semblante serio que jamás había visto en ella. En el trayecto, no habíamos intercambiado palabra. No podía hablar, no ahora, joder. 

—¿A qué viene esa cara? —sus ojos brillaron, llenos de desconfianza —. Parece que no te alegras de verme. 

No lo parecía, era una puta realidad. Habría preferido ver al capullo de Nick Hunter antes que a Andrea, porque ahora mi cabeza estaba llena de dudas y una culpabilidad tan grande que sentía que se me aplastaría el pecho en cualquier momento. 

Empecé a marearme. ¿Qué se suponía que debía decir ahora? No tenía excusas. No quería mentirle. No la quería. 

—Andrea —me temblaba la voz —. He tenido unos meses complicados. Digamos que no estoy de humor. 

—Parecías muy contento hablando con tus compañeros de trabajo solo un par de minutos atrás —acusó —. Pero ha sido verme y te has quedado pálido. 

De pronto, en las profundidades de mi corazón, cubierto de capas de hormigón y envuelto en cadenas que solo yo era capaz de quitar bajo mi propia voluntad, empezaron a saltar chispas. 

Pero no eran chispas de amor. Ya no. 

—¿Qué esperabas? —mi tono se volvió algo más distante —. ¿Esperabas que te sonriera y me lanzara a tus brazos después de dejarme tirado? 

Abrió sus ojos, impactada y ofendida por partes iguales. 

—¿Dejarte tirado? —inquirió con incredulidad —. No digas gilipolleces, Freddy. 

Gilipolleces. Claro. Todo eran gilipolleces para ella. Mis sentimientos. Nuestra relación. Todo.

—Andrea —algo dentro de mí, oscuro y lleno de odio, empezó a retorcerse, con ganas de salir y sacar todo aquello que me dolía —. Lárgate. 

Antes de poder darme cuenta, ella se había levantado del sofá y ahora la tenía a centímetros de mi rostro, agarrándome por la chaqueta de cuero. Mi espalda se estampó contra la pared y ahora sólo veía sus ojos, llenos de ira. 

—No me voy a ir a ninguna parte, Trucazo. 

—Siempre Trucazo y solo Freddy cuando te conviene —fruncí el ceño —. Eso soy para ti. Un trasto inútil del que te acuerdas cuando te conviene. 

La palma de su mano chocó contra mi mejilla. 

—¡No me hables como si la mala fuera yo! —se le rompió la voz y las lágrimas empezaron a brotar —. Nada de esto habría pasado sí…

Guardó silencio. 

—¿Sí qué? —se me hizo un nudo en la garganta, lleno de espinas que estaban dispuestas a desgarrar mi piel —. Dime que habrías hecho tú. 

—¡Si se llevaron a Nick fue porque estás metido en cosas que no debes, Freddy! —se dejó la garganta —. ¡Si no fueras así nada de esto habría pasado! 

Lo sabía. Tanto que me culpaba cada noche por ello, por saber que mi hijo no podía seguir con su vida con normalidad. Por saber que los de la CIA harían lo que quisieran con él. 

Se me resbaló la primera lágrima, y luego otra. 

—Lo sé. 

Andrea intentó limpiarme las lágrimas, pero la aparté. Porque con esa misma mano con la que intentaba consolarme, me había golpeado. 

Indomable | Freddy Trucazo × OCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora