Parte 2- Un día lleno de sorpresas.

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Después de ese día me sentí con muchas emociones juntas, todavía no caigo que haya ganado en la exposición y haya ganado la beca para la universidad que tanto anhelé, no aún no caigo, creo que debería tomar aire ir afuera y sentir el aire libre en la plaza.

Salí de mi casa y lo primero que hice fue notar la suave brisa del viento y los rayos del sol que tocaban mi piel, esa leve brisa hacía que mi cabello se moviera, mientras que yo iba caminando sentí como mi celular sonaba el tema "Seize the day- Avenged Sevenfold" y no sé porqué pero supuse que era la persona que me abandonó al saber sobre mi existencia y después volvió para llorar y pedir dinero, claro eso nunca le dejaría a mi madre que hiciera porque mi madre sería capaz de darle ya que aún no lo había superado, pero saqué y apague la llamada así le daba derecho al buzón es algo que nunca he tenido importancia de escuchar así que, que gaste un poco de crédito por mi no me molestaba porque yo no escucharía su buzón de vos ni por más que Jesús venga y me dé plata para no andar pidiendo becas, igual sería tarde ya que la beca ya la tengo.

No me había dado cuenta pero ya había llegado a la plaza que siempre me ilustraba inspiración y seguridad, era algo que no podía dejar es como una adicción que siempre sientes que debes tener y si es necesario ir y tenerla, aunque obvio yo tenía que ir y recostarme en el césped e inspirarme para pensar sobre mis nervios para mi primera clase.

Luego de estar recostada notó como alguien se me acerca y es como si me conociera, aunque para mi también era conocido sobre todo su altura, y esa mirada pérdida. Se iba acercando más y notó que más conocido se me hacía, hasta que se me paró enfrente mío y lo reconocí, era el chico de la exposición, es quién me ayudo a obtener mi beca, Jonhatan. En ese momento no sabía que hacer ya estaba parado enfrente mío y mirándome con interés.

-Hola, Natalie- dice con una sonrisa de oreja a oreja.

-Hola, Jo-Jonhatan- digo con tantos nervios por encontrarlo aquí, es algo que me parecía tan raro.

-¿Qué haces aquí tan sola y acostada en el césped?.

-Estoy aquí pues, porque me gusta estar en mi lugar favorito y es la plaza en la que siempre vivía con mis amigos los cuales ya se han ido y otros ya ni me hablan, ¿tú? ¿Qué haces aquí?- 

-Oh! que interesante. Nada, como verás estoy haciendo ejercicios, corro y me ejercito aquí para poder correr en la competencia que se acerca.

-Ah! Así que eres todo un atleta, que bueno una vez traté de ejercitarme y terminé un poco más en coma. jajaj

-Jaja, eres muy graciosa Naty, pero ¿En serio?- dice algo sorprendido.

-Si, en serio.- no aguanté la risa de los nervios y empecé a reír, aunque el tampoco quedó atrás y comenzó a reír junto a mi, tanto que empecé a decirle.-Basta ya, por favor que me orino. Ay, no doy más.-Y fue lo peor que hice ya que empeore la risa de él y me contagió su risa, la cual era muy bella y muy particular.
-Bueno, señorita ya paremos de reír, quiero hacerte una propuesta.-me lo dijo tan serio que temí por mi vida.

-¿Si?-dije un poco temerosa.

-¿Quieres ir por una bebida?-Dice un poco nervioso.

-¡Oh! Era eso, claro pero por favor no me secuestres.-digo con tonalidad graciosa.

-Jaja no te preocupes, no haría nada que tú no quieras.


Después de esa charla fuimos a tomar un cappuccino en la cafetería que estaba al frente de la plaza, aunque él no ha tomado nada de lo que pidió, no entiendo como me invita a tomar algo y él se queda observándome. 

-Cuéntame ¿por dónde vives?- pregunta tan concentrado en mi mirada.

-Aquí a tres cuadras ¿Tú?

-Que cerca, yo vivo a 50 cuadras de la plaza, siempre vengo corriendo.

-Oh que interesante, se ve que te ejercitas demasiado.

-Si, es algo que mis padres me han exigido de cuando tenía  9 años y tengo que seguir haciendolo porque se ha hecho una costumbre.

-Oh, es muy interesante.

-Si.-se detuvo por un momento y me miro a los ojos- Oye, ¿quieres que te llevé a tu casa? Se está haciendo muy de noche y es peligroso andar por aquí sola.

-Oh, no te preocupes, nunca me ha pasado nada.

-Igual, quiero acompañarte es muy tarde.

-Bueno, está bien acompáñame.-digo rendida.

Camino a casa vi  como se acercaba más y más a mi, noté que se apretaba su mano para no agarrarme la mía, aunque debo admitir que yo también quería aunque sea rozar su mano.



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⏰ Última actualización: Jul 09, 2015 ⏰

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