La Ascensión - Gato y Ratón ™

8 - Un Encuentro Con Dios

Después de un rato me desperté para verme rodeado de oscuridad. Miré a mi alrededor y encontré lo que parecía ser una casita a lo lejos, que brillaba como si tuviera todas sus luces encendidas por dentro. Lentamente me acerqué a la casa y comencé a escuchar voces familiares en la distancia.

"Esas son las voces de mis padres", me dije a mí mismo, y continué caminando hacia lo que ahora sé que era mi antiguo hogar de la infancia.

Luego, la casa aparentemente comenzó a acercarse a mí mientras me acercaba, y las voces de mis felices padres disfrutando de su tiempo empezaron a convertirse en risas mientras también escuchaba a mi yo de niño allí con ellos.

Entonces, esas voces cambiaron rápidamente a gritos de dolor y agonía mientras escuchaba dos disparos y luego todo quedó casi en silencio, ya que lo único que escuché fue a mi yo más joven llorando, lo que supongo fue la muerte de mis padres adoptivos.

Finalmente, llegué a la casa, abrí la puerta trasera y corrí rápidamente hacia la parte delantera de la casa para ver a mis dos padres muertos y una versión más joven de mí abrazando sus cadáveres mientras levantaba lentamente la cabeza para ver al asesino que acababa de quitarles la vida alejándose lentamente.

Mi yo más joven entonces me miró con los ojos brillando de un color rojo intenso y me dijo: "No quieres que esto vuelva a suceder, ¿verdad?".

Lo miré confundido y le pregunté: "¿Qué quieres decir con otra vez? ¡No tengo más padres adoptivos!".

Entonces, se levantó completamente de donde estaba y toda la casa comenzó a transformarse en la habitación del hotel en la que estaba, y de repente mi yo más joven se convirtió en... mi yo de ahora.

Podía ver ahora a mi yo adulto acostado en la cama, desangrándose pero con los ojos aún iluminados con ese color rojo intenso de antes.

"Por favor, acepta este regalo", me dijo, extendiendo su mano como si intentara hacer un trato conmigo. En la distancia escuché las risas del dueño del hotel y sus guardaespaldas, y también los gemidos y gritos de placer de las prostitutas mientras tenían sexo con el otro hombre que vi.

"Es bueno que esté muerto, el sexo con el no era tan bueno de todos modos", escuché decir a una de ellas. "Definitivamente puedes complacernos más que ese perdedor", dijo la otra. Estaba enfurecido, pero no quería tomar una decisión emocional y aceptar directamente lo que sea que fuera este trato.

"¿Qué quieres?" le pregunté a mi otro yo. "Quiero poder", dijo, "Y a cambio de poder, te daré este regalo, pero tendrás que hacer TODO lo que YO diga. Tú y Richards serán parte de mi plan." Empecé a ver cómo la sangre de mi otro yo comenzaba a evaporarse y el humo empezaba a salir de las heridas de bala que tenía anteriormente.

"¿Qué plan?" pregunté, mientras lo miraba asombrado. "El plan para cambiar el mundo, y en última instancia, traerle la paz a todos. Para finalmente cumplir la promesa que le hice hace miles de años a la humanidad..." me dijo. Comencé a reír mientras retrocedía un poco y cruzaba los brazos.

"¿Así que ahora eres Jesucristo?" le dije, "¿Vas a aburrirme con charlas sobre la salvación y lo demás? ¿De verdad crees que me importa un carajo el mundo y que quiero traerle paz a esta gente?".

La sangre de mi otro yo ya se había evaporado completamente, y lentamente su piel comenzó a crecer como si se estuviera regenerando. "No hablo solo de estas personas", dijo, mientras se levantaba lentamente de la cama del hotel, "¿No quieres empezar de nuevo? Podrías tener a quien quieras, cualquier miembro de tu familia que haya partido de tu vida, podrás recuperarlo. Puedes vivir en un mundo perfecto, moldeándolo a tu imaginación, y puedes elegir vivir dentro de este mundo o podrías volver a la vida normal que tienes ahora y seguir viviendo con imperfecciones. La elección es tuya...".