2𝐓. 𝐜𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐨𝐜𝐡𝐨

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narrador omnisciente

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narrador omnisciente

Al atardecer, Isabel fue a la residencia Andrews para ver si Kyle se encontraba ahí y tocó el timbre. De ahí salío la empleada doméstica de la otra vez y al verla le dedicó una amable sonrisa contagiosa.

—Buenas tardes, joven Parker, ¿en qué la puedo ayudar?.

—Buenas tardes. Quería saber si se encuentra Kyle en la casa, es que necesito hablar con él. — dijo.

—Oh sí. El jóven se encuentra ahora mismo en su habitación, si quiere puedo informarle que usted vino para que baje y hablen. —  sugirió la pelinegra a lo que Isabel asintió y ella se fue.

Esperó pacientemente de brazos cruzados hasta que finalmente vió al rubio acercarse y tragó saliva con algo de nervios al ver como cerró la puerta para que los dos pudieran tener su espacio sin interrumpciones.

Kyle la analizó con la mirada y suspiró.

—Hola, Izzy. ¿Qué necesitas?. — preguntó con las manos en sus bolsillos.

—Necesito saber qué te pasa, Kyle. Siento como si ... ya ni siquiera te interesa saber algo de mí últimamente y por más que lo pienso, no logro entenderlo. — dijo ella mirándolo fijo y con algo de preocupación en su voz.

Kyle apretó sus labios cabizbajo pensando en qué decir y la volvió a mirar.

—Si te soy sincero, Izzy ... Ni yo mismo siento conocerme.

La ojiazul enarcó sus cejas confundida e hizo un gesto con la cabeza para que él continuara explicando.

—Isabel, simplemente ... He estado cansado, ya sabes. La universidad, los trabajos y ayudar a mis padres en la zapatería. Lo único que quiero hacer es descansar.  —argumentó nervioso, lo cúal solo hizo confundir aún mas a la chica Parker.

—Agh ... Por el amor de Dios, Kyle. Desde que estábamos en la secundaria siempre trabajaste con tus padres, tenías tareas por hacer, ibas a las clases extracurriculares y todo, y aun así nunca actuaste de esta manera, ¡y mucho menos estuviste cansado de hacer tantas cosas porque siempre fuiste alguien con mucha energía y voluntad! ¿Y ahora? Ahora muy apenas me hablas o me saludas. — exclamó frustrada y con los ojos cristalizados. — Y lo peor es que ni siquiera me quieres decir la maldita razón.

El rubio no pudo evitar sentir pena por ella al ver que estaba provocando que ella estalle en llanto, y eso que él nunca antes la hizo llorar, al contrario. Siempre que su amiga estaba mal él estaba ahí para consolarla pero ahora todo era diferente.

Tragó saliva aunque con cierta dificultad, pues en el fondo también quería llorar pero no se animaba para no mostrarse frágil.

—E-entonces ... ¿Crees que es culpa mía todo esto que nos está pasando?. — preguntó con una mueca en su rostro.

𝐎𝐔𝐓 𝐎𝐅 𝐓𝐇𝐄 𝐖𝐎𝐎𝐃𝐒 ❚❚ Harry OsbornDonde viven las historias. Descúbrelo ahora