Capítulo 17: 3 años de desgracias

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Mi móvil sonó por quinta vez en el día, abrí mis ojos con pesadez, eran varias llamadas de Hailey

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Mi móvil sonó por quinta vez en el día, abrí mis ojos con pesadez, eran varias llamadas de Hailey. Han pasado unos días desde lo que ocurrió con papá, el primer día dormí con Krisie, anoche decidí venir a la casa de Mar para no cruzarme tanto con Axel y tener que explicarle que me habían echado de casa.

No quería que hiciera preguntas. No me sentí lista para responderlas.

—¿Hola? —atendí finalmente.

—Morgan, ¿dónde has estado? Joder, ¿estás bien? Me tenías muy preocupada.

—Estoy bien, tengo sueño, Hailey, hablamos cuando me termine de despertar bien.

—No, Morgan. ¿Dónde has estado?

Fruncí el ceño incorporandome sobre la cama con pesadez.

—¿Papá no te contó?

—¿Contarme sobre qué?

—Él me ha echado de casa, por eso no he dormido allí estos días.

Ella no respondió al instante, luego entendí que claramente mi padre no le diría, sabía que ella no estaría de acuerdo.

—¿Por qué? —la escuché respirar profundo.

—Discutimos, tuve un problema y tomé dinero prestado de su cuenta sin decirle.

—Eso es robar, Morgan.

—Estoy trabajando por las noches en la cafetería para devolverlo. No me lo robé, pero lo necesitaba de urgencia en ese momento, no supe qué hacer.

—¿Y se lo explicaste?

—Por favor, Hailey, ¿estamos hablando de mi padre? Sabes que cuando está enojado ni siquiera me deja hablar.

—Bien, te llamaré más tarde.

Me colgó la llamada, sentí su enojo a través de la línea, pero le resté importancia, realmente no estaba para lidiar con ellos ahora mismo, estaba completamente exhausta.

Pasé toda la noche ahogando mi llanto, nunca he dejado que Mar me vea así.

Me alisté temprano para ir al centro comercial, se acercaba el cumpleaños número 3 de Emery, así que quería regalarle algo lindo.

Pero todavía no sabía qué.

Estuve toda la tarde en busca de ese regalo, al final le compré un micrófono de juguete y un peluche, esa niña se la vive cantando todo el día.

Antes de ir a trabajar, fui a la casa Sherman.

Logan se encontraba ahí, jugando básquet en el patio trasero, siempre suele pasar los veranos en casa de sus padres.

—Hey —saludé.

Él detuvo su juego para prestarme atención.

—Hey —me lanzó el balón.

Lo que nunca tuvimos [#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora