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El secuestro del subcomisario alertó a toda la malla policial, no había ningún alto rango, oficial y alumno que no estuviera recorriendo la Ciudad en busca del Subcomisario García. Conway estaba vuelto loco, nadie en la malla había visto al superintendente actuar así por ningún otro agente, pero por un lado lo entendían pues Gustabo se daba a querer con todos, hasta con los de corazón más duro como lo era Jack Conway.

Había pasado media hora y la mitad de la malla ya se encontraba con dolor de cabeza porque en la radio no dejaban de escucharse voces, el "Modo Charlie" era inexistente pues en todo momento estaba la voz del superintendente en sus oídos gritándoles. 

—¡Quiero que lo encuentren! ¡YA! Peinen todas las zonas, que no quede ningún puto rincón por ver, si me entero que alguno pasó por alto una mínima cosa, la federal será el paraíso a comparación de a donde los mandare si no lo encuentran. —Chilló Conway por la radio por milesima vez, Freddy que venía a su lado ya no sabía ni cuantos insultos y amenazas había lanzado desde que se enteró del secuestro del rubio. 

—Tienes que calmarte, así no le sirves a nadie, menos a Gustabo, tienes que centrarte, neno. Déjame conducir a mí, que mira cómo te tiemblan las manos. 

Freddy no entendía porque se ponía así, si bien a ningún agente se le hizo extraño a él sí. ¿Desde cuándo le preocupaba tanto el secuestro de un policía? Pero quizá no era el momento adecuado para comenzar un interrogatorio hacia su superior, menos cuando conducía como loco, salir con vida del patrulla era lo primero. 

Conway se estacionó y apoyó su frente en el volante del patrulla, intentó calmar su respiración y Freddy casi pudo jurar que lo escuchó contar para calmarse. ¿Qué carajos? Nunca había visto así a Jack Conway en los años que llevaba conociéndolo, no sabía qué decir, cómo reaccionar. Había algo más ahí y él iba a averiguarlo. 

—Tengo que encontrarlo, no puedo perderlo, no de nuevo, Freddy. —Habló casi balbuceando a lo que el pelinegro solo pudo fruncir el ceño, cada vez más confundido.

—Tranquilo, lo vamos a encontrar.

—Tranquilo, lo vamos a encontrar

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Después de los mensajes de Isidoro y de aquel hilo del que podían tirar, Conway no tardó nada en revisar cámaras del circuito cerrado de la residencia del rubio, tenían a un encapuchado y lo más útil, una matrícula, en cuanto toda la malla fue inf...

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Después de los mensajes de Isidoro y de aquel hilo del que podían tirar, Conway no tardó nada en revisar cámaras del circuito cerrado de la residencia del rubio, tenían a un encapuchado y lo más útil, una matrícula, en cuanto toda la malla fue informada no tardaron en encontrar el lugar dónde tenían al ojiazul; entraron al lugar con cautela a la orden de no disparar si es que los secuestradores estaban cerca de Gustabo, Conway no se estaba tomando esto a la ligera, no quería que el subcomisario saliera herido. 

Memories - freddytabo auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora