Yooyeon x Seoyeon

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Concierto de Emociones

Seoyeon siempre había disfrutado de la vida como miembro del popular grupo de K-pop, tripleS. Las prácticas exhaustivas, las giras interminables y el constante asedio de los fanáticos eran parte de su día a día. Pero en medio de todo ese caos, había una persona que hacía que todo valiera la pena: Yooyeon.

Yooyeon era la nueva integrante del grupo, y desde el primer momento en que llegó, Seoyeon sintió una conexión especial. No era fácil para las nuevas integrantes adaptarse a la dinámica del grupo, pero Yooyeon parecía hacerlo sin esfuerzo. Siempre tenía una sonrisa en el rostro y una energía contagiosa que iluminaba cualquier habitación.

Un día, después de una sesión de práctica particularmente intensa, Yooyeon se acercó a Seoyeon. “Hey, ¿quieres ir a dar un paseo? Necesito despejarme un poco”.

Seoyeon sonrió, agradecida por la invitación. “Claro, me vendría bien salir de aquí por un rato”.

Caminando por las calles iluminadas de Seúl, Yooyeon y Seoyeon compartieron risas y anécdotas. Seoyeon se dio cuenta de lo fácil que era hablar con Yooyeon, como si se conocieran desde hace mucho tiempo.

“¿Sabes?”, dijo Yooyeon de repente, “Siempre he admirado tu dedicación y tu pasión. Me inspiras a ser mejor”.

Seoyeon sintió un calor en su pecho. “Gracias, Yooyeon.”.

Las semanas pasaron y Seoyeon notó que su amistad con Yooyeon se volvía más fuerte. Sin embargo, también comenzó a darse cuenta de que sus sentimientos por ella iban más allá de la amistad. Cada vez que Yooyeon la miraba, Seoyeon sentía un cosquilleo en el estómago.

Una noche, después de un concierto agotador, el grupo decidió celebrar con una cena. Todos estaban de buen humor, riendo y disfrutando de la comida. Pero Seoyeon no podía dejar de mirar a Yooyeon, quien estaba sentada al otro lado de la mesa, riendo alegremente mientras escuchaban a Hyerin contar cómo tuvo que ayudar a Soomin y Yubin a matar una cucaracha que se había metido a la haus.

De repente, Yooyeon se levantó y se dirigió a Seoyeon. “¿Te gustaría dar un paseo? Está muy ruidoso aquí”.

Seoyeon asintió, feliz de tener un momento a solas con ella. Caminaron hasta un parque cercano y se sentaron en un banco, disfrutando del silencio de la noche.

“Seoyeon, hay algo que quiero decirte”, dijo Yooyeon, rompiendo el silencio.

Seoyeon la miró, su corazón latiendo con fuerza. “¿Qué pasa?”

Yooyeon tomó una profunda respiración. “Desde que llegué al grupo, siempre me has apoyado. Y creo que… me estoy enamorando de ti”.

El mundo de Seoyeon se detuvo por un momento. No podía creer lo que estaba escuchando. “Yooyeon, yo… también siento lo mismo”.

Yooyeon sonrió y tomó la mano de Seoyeon. “Entonces, ¿qué hacemos ahora?”

Seoyeon apretó suavemente la mano de Yooyeon. “Nos apoyamos mutuamente, como siempre lo hemos hecho. Y veremos a dónde nos lleva esto”.

Ambas se quedaron allí, en silencio, disfrutando de la compañía mutua y sabiendo que, aunque el camino por delante no sería fácil, estarían juntas para enfrentarlo.

Las siguientes semanas fueron un torbellino de emociones. Seoyeon y Yooyeon trataban de mantener su relación en secreto, sabiendo que la vida de un idol no permitía muchos respiros para el amor. Sin embargo, cada momento que compartían era precioso y les daba fuerzas para seguir adelante.

Un día, mientras estaban en la sala de prácticas, una de las manager, Minji, las observó desde lejos. Había notado la cercanía entre ambas y decidió confrontarlas.

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