Contra el mundo S1 x S5

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Seoyeon y Yooyeon habían sabido desde el principio que su relación no iba a ser fácil. Lo que comenzó como una amistad cercana había florecido en algo mucho más profundo, pero con ese amor, también vinieron los desafíos que ambas temían enfrentar.

La primera vez que Seoyeon le contó a su madre sobre Yooyeon, el ambiente en su casa se volvió frío e incómodo. Su madre, siempre tan cariñosa y comprensiva, no podía entender cómo su hija podía estar en una relación con otra chica.

"¿Estás segura de esto, Seoyeon?" le preguntó su madre, con una mezcla de preocupación y desaprobación en su voz.

"Sí, mamá" respondió Seoyeon, con una firmeza que ni siquiera ella sabía que tenía. "Yooyeon me hace feliz. Es con ella con quien quiero estar."

Pero esas palabras no fueron suficientes. La madre de Seoyeon dejó de mencionarlo, pero la tensión en casa se sentía en cada conversación, en cada mirada que Seoyeon intercambiaba con su familia.

Para Yooyeon, las cosas no fueron mucho mejor. Cuando le confesó a su padre que estaba enamorada de Seoyeon, el hombre simplemente la miró con incredulidad.

"No entiendo por qué harías esto" le dijo su padre, con una voz cargada de decepción. "Tienes un futuro brillante por delante, Yooyeon. No dejes que esto lo arruine."

Esas palabras resonaron en la cabeza de Yooyeon durante días. Le dolía saber que su propia familia no apoyaba algo tan importante para ella. Sin embargo, no estaba dispuesta a dejar ir a Seoyeon. No importaba lo que dijeran, ella sabía que sus sentimientos eran reales.

Un día, después de un largo ensayo, Seoyeon y Yooyeon se encontraron en su lugar secreto, un pequeño parque al que iban cuando necesitaban estar solas. Sentadas en un banco, bajo la sombra de un árbol, Seoyeon finalmente dejó salir las lágrimas que había estado conteniendo.

"Es tan difícil" sollozó Seoyeon, apoyando su cabeza en el hombro de su novia. "No quiero perder a mi familia, pero tampoco quiero perderte a ti."

Yooyeon la rodeó con sus brazos, sintiendo la tristeza y la frustración que ambas compartían. "Yo también lo siento, Seoyeon. Pero pase lo que pase, no voy a dejar que esto nos separe. Ya hemos llegado demasiado lejos."

Seoyeon levantó la vista, encontrando el valor en los ojos de Yooyeon. "¿Y si nunca nos aceptan? ¿Qué vamos a hacer?"

Yooyeon respiró hondo, consciente de la realidad que ambas enfrentaban. "Entonces... nos apoyaremos la una en la otra. Si el mundo está en nuestra contra, al menos sé que te tengo a ti."

Ese día, sentadas en ese banco, Seoyeon y Yooyeon tomaron una decisión. No dejarían que las opiniones de los demás destruyeran lo que tenían. Sabían que el camino por delante sería difícil, lleno de incomprensión y rechazo, pero también sabían que su amor valía la pena luchar.

A partir de entonces, comenzaron a construir su propio apoyo, confiando en las demás miembros del grupo, quienes las aceptaban y las querían sin condiciones. El dormitorio se convirtió en su refugio, un lugar donde podían ser ellas mismas sin miedo al juicio.

La batalla con sus familias no había terminado, y ambas sabían que tal vez nunca lo haría. Pero cada día que pasaba, Seoyeon y Yooyeon se volvían más fuertes juntas, decididas a demostrar que su amor podía superar cualquier obstáculo, incluso si eso significaba enfrentarse al mundo entero.






Los días pasaban lentamente, y la tensión en las familias de Seoyeon y Yooyeon no hacía más que aumentar. Cada llamada a casa terminaba en discusiones, y las pocas veces que sus padres accedían a verlas, el ambiente era tan denso que resultaba casi insoportable. Aun así, ambas chicas continuaban luchando por su relación, apoyándose mutuamente en los momentos más oscuros.

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