La sirenita coqueta

C23 ❥ No debería llamarte en secreto hermano Song

════════ .۵•̩̩͙⁺. ════════

Yin Shu pensó que este incidente fue suficiente para volverlo amargado. Quién iba a saber que después de regresar a casa, descubrió que podía ser más amargado.

Song Qi se puso en contacto con la Escuela de Sirenas. Yin Shu se inscribió originalmente en septiembre, pero ahora su período de madurez ha avanzado. No podía esperar a septiembre y tuvo que inscribirse temprano.

Al escuchar la conversación de Song Qi con la gente en la escuela, Yin Shu estaba tan deprimido que sus piernas comenzaron a cambiar nuevamente. Aunque se sentía amargado, finalmente consiguió las piernas y quiso caminar.

Yin Shu se escondió evasivamente en la cocina. No poder escuchar las palabras de Song Qi significaba que no tenía que ir a la escuela.

Los asuntos escolares transcurrieron sin problemas. Song Qi envió la información de admisión de Yin Shu a la otra parte y salió a hablar con la sirenita.

En el salón, solo limpiaba el robot de limpieza. La silla de ruedas de edición limitada quedó abandonada junto al sofá. La mitad de las mantas tiradas sobre el sofá cayeron al suelo, arrugadas como para acusar.

La puerta de la cocina que no estaba bien cerrada dejaba escapar un delicioso aroma, y ​​Song Qi lo olió y lo buscó.

Yin Shu solo vestía una camisa, cuyo dobladillo apenas cubría sus nalgas, y sus dos piernas rectas y blancas estaban expuestas frente a Song Qi sin ninguna cobertura. Anoche lo rodearon un par de piernas.

Mirando las tartas de huevo en el horno, Yin Shu usó palillos para pinchar las alitas recién horneadas en el costado del plato, las sopló y les dio un mordisco. Estaban tiernas y jugosas.

¡Este chef es realmente increíble! ¡Está tan delicioso la primera vez que lo hago! ¡Es tan delicioso que te rompe los huesos!

Con un hueso en la boca, Yin Shu de repente sintió un escalofrío en la espalda y la sensación de que lo estaban mirando. Volvió la cabeza. En la puerta de la cocina, Song Qi estaba parado allí de espaldas a la luz, con los ojos oscuros, añadiendo un aura peligrosa.

Yin Shu inmediatamente escupió los huesos y fingió que no pasó nada.

Los ojos de alguien siempre estaban pegados a él, y Yin Shu se sorprendió al verlo. Obviamente no hizo nada, pero se sintió inexplicablemente culpable. Los ojos de Song Qi eran feroces y penetrantes. Yin Shu lo miró y retrocedió.

—¡Qué estás mirando! — Yin Shu estaba desconsolado y su impulso provino de los gritos.

—¿Por qué no usas pantalones? — la voz de Song Qi pareció salir de su garganta.

¿No es necesario preguntar?

Yin Shu se contuvo de mirar a Song Qi como si tuviera retraso mental.

—¿Qué pasa si mis piernas se convierten en cola de nuevo?

Efectivamente, Song Qi guardó silencio. Frunció los labios y bajó los ojos. Yin Shu sintió que los ojos de Song Qi estaban mirando sus pies, por lo que inconscientemente dio un paso atrás.

—¿No tienes que trabajar? — Yin Shu enfrentó la mirada de Song Qi y en secreto ahuyentó a la gente porque no estaba disfrutando de la comida.

—Es casi la hora del té de la tarde— cuando Song Qi volvió a hablar, volvió a la normalidad y sus ojos se volvieron hacia el panel del horno, insinuando también a Yin Shu.