Una semana más de estar tortura, esta vez decidí dejar a Jennie "tranquila", por más que lo intentara nada y nada, siempre iba a terminar quedando como idiota por ella (Cosa que lamentablemente es verdad).Estaba considerando en si adelantar la cita con la psicóloga pues este rechazo me había dolido más que los anteriores, tantos años enamorados de ella y nunca me hacía caso.
Creo que llegará un punto en donde seré eso que ella tanto, donde seré una estupida millonaria que tiene más dinero que cerebro, que ahora que lo pienso si es cierto, pero eso es porque tengo demasiado dinero no porque tenga poco cerebro, aparte pinche dinero ni es mío (Por ahora).
Incluso me había ganado la aprobación de su madre, ¿pueden creerlo?, SU MAMÁ ME QUERÍA Y JENNIE AÚN NO.
— Debería llamar a Rosie, seguro ellas si me entendería...— Dicho y echo porque la llame y terminamos hablando por horas.
Es increíble como puedes tener tanta conexión con alguien que ni si quiera es un familiar tuyo.
"Lisss, vamos a ir a un bar" me dijo, cosa a la que me negué como siempre, eso solo terminaría reforzando lo que Jennie pensaba de mí, ¿sabes que?, al carajo con Jennie, por lo menos por una noche me olvidaría de ella.
—Está bien Rosè, dime hora y cuál.
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Y aquí estábamos, en el bar más famoso de esta jodida cuidad, aunque vi muchas caras conocidas y otras no tanto, en mis planes no estaba hablar, solo beber hasta olvidar.
—Lis, hace rato qué hay una mecerá coqueteando contigo, ¿por qué no le haces caso?
— Porque no me interesa.— Respondí.
— Ah claro pero si fuera Jen-.— Ni si quiera pudo terminar su frase pues Jennie justamente había aparecido, curiosamente con el mismo uniforme que los otros trabajadores.
—¿Mmm?, ¿Hablan de mi?— Pregunto Jennie inocentemente.
Rosè se quedó paralizada pues sinceramente no sabía si debería seguir hablando, solo se quedó mirándome como una idiota buscando ayuda.
— Jennie, ¿Trabajas aquí?
— Si, tengo varios trabajos y este es uno de ellos aunque solo los fin-, espera, ¿tú qué haces aquí?, ¿no que no bebías?—
— Es mi primera vez en uno de estos lugares y aún no eh alcanzado a tomar nada, igual si lo hago ¿por qué te importaría?, tú ni si quiera me consideras tú amiga.— Lo último lo dije con tristeza, realmente me afectaba mucho lo que ella pensaba de mi.
— No es que me importe solo que es raro.— Respondió fríamente, eso hizo que mi corazón doliera, aún más de lo que ya lo hacía.
—Ponte a hacer tu trabajo, no?, quiero 4 mojitos, y te das prisa eh.— Respondí sin pensarlo mucho.
A Jennie se le veía sorprendida por esta respuesta pero no lo pensó tanto y fue a cumplir con la orden que habían hecho.
— Uyy, ¿y a ti que mosca te pico?— Me dijo Rosè burlonamente.
— No lo se...
— Hahaha, ya venía siendo hora de que te revélelas eh.
— Cállate, ¿Qué no encuentras que hablar?
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Mía
Fanfiction-El mundo se mueve por y para el dinero, ¿Por qué no puedo comprar tú amor? - No, soy una cualquiera, Lalisa.