•Capítulo 2•

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La noche transcurrió por decil "normal" para Anna, el ruido de la lluvia la ayudaba a calmarse un poco y a no tener que escuchar su propio llanto que sentía que duraría hasta el amanecer.

Ni Siquiera le dio ganas de bañarse esa misma noche, por alguna razón le iba a resultar incómodo o desagradable lavarse el cuerpo después de lo que sus ojos encontraron a la duquesa y especialmente a Lily en esa situación, recordar cómo le gritaba con tanta facilidad "Te amo" a otra mujer de esa forma. Lo que a dirigirse ya no significaba nada.

Así que, gracias a eso, se levantó más temprano de lo que debía, mucho antes de que saliera el sol. Se dió un baño rápido apenas secando su cabello que se permaneció bastante húmedo, poniéndose su uniforme arreglando las sábanas de su cama, donde inevitablemente pensó en las veces que se quedaba hablando hasta tardeadas horas de la noche con Lily, abrazándola acariciando su cabello hasta quedar dormidas.

Suspiró intentando ya no pensar en eso, sacudiendo las telas hasta escuchar como la puerta de su habitación era abierta por alguien, sin más que esperarse era la duquesa.
Se veía bastante arreglada a pesar de ser tan temprano, con un vestido totalmente negro y transparente pegado a su cuerpo hasta la altura de sus rodillas, y una apática sonrisa en su rostro al encontrarse con los ojos de Anna. Esta solo pudo quedarse callada con impresión.

—Te necesito para algo, ya que eres la única sirvienta que se levantó a estas horas, al parecer -Dijo la pelirroja, inclinando su cabeza a un lado con un tono de voz que era difícil de describir, sonriendo maliciosamente al ver la expresión de Anna.

—Se supone que para eso estás, no?

La pelinegra se quedó perpleja, a punto de hablar pero sentía que las palabras se atoraban en su garganta. Rose notó esto, sin miedo a reírse en voz baja ante eso, acercándose a ella haciendo que sus tacones resonaran en la habitación.

—Ya vi lo que te sucede, tan mal te sientes por lo de ayer? No finjas que no viste nada, no fue mi culpa que ella cayera tan fácil, que clase de cosas ha estado aprendiendo contigo eh? —Murmuró inclinándose cerca de su rostro, claramente provocándola.

Anna frunció el ceño, bajando su mirada sintiendo un enojo recorrer por ella al escuchar a la otra mujer, tragando en seco cerrando sus ojos evitando decir algo inevitablemente insultivo, no tenía autoridad ahí después de todo

—En que necesita mi ayuda...?— Preguntó, mirándola con desdén.

La duquesa sonrió aún más, divertida por verla intentando contenerse. Acercándose aún más a ella pasando lentamente su mano por el cuello de Anna, asegurándose que su toque sea tentador para ella, lo que la otra hizo estremecerse sintiendo el aliento suave y tibio de la pelirroja.

—Tu mujer al parecer la paso bien, no es así? No eres nadie para pretender frente a mi, si no quieres que te haga sacarte a patadas de aquí —. Susurró delicadamente a pesar de la dureza en sus palabras, acariciando la línea de su mandíbula con su pulgar con densidad.
Anna solo pudo sentirse acorralada nerviosa por la calentura de la piel contraria, mirándola a los ojos sintiendo sus mejillas enrojecerse por la cercanía.

La otra sintió una ola de satisfacción al verla así, riéndose en voz baja de nuevo dejando un pleno beso en su cuello, alejándose con la misma mirada de provocación cruzándose de brazos saliendo de la habitación.
La pelinegra se quedó totalmente inmune, frunciendo el ceño de nuevo pasando su mano por el área donde sintió el beso de la duquesa, aún estaba tibio en en ese lugar.

Sacudió su cabeza por la sensación, lo menos que quería ahora era sentirse acorralada, controlada por la mujer que le había hecho sentir un infierno en tan poco tiempo, peinando su cabello en su cola de caballo que siempre acostumbraba, aún sintiendo su cabello ligeramente mojado.

...

La escena que paso con Lily no fue nada cómoda, apenas y se podía resistir su sola presencia, verla desnuda intentando cubrirse con la sábana era horrible.
Salió del lugar con la ropa sucia en su mano, mirando con indiferencia a la duquesa que paso junto a ella, lo que a esta solo le dio más jubilo al saber que tenía ambas a su merced, en su control, en especial al saber que Anna no se podía negar a nada, por su puesto tan inferior, según ella.

—Se una buena chica, por mi, si no quieres que le haga nada a esa muñeca -, Un tocó despectivo, tal vez.

La pelinegra ya no sabía que sentir respecto a Lily, odio, tristeza, rencor, todo era diferente ahora, ¿Que iba a poder hacer con las dos? Nada, absolutamente nada, y se odiaba por eso.

𝘉𝘈𝘉𝘠𝘋𝘖𝘓𝘓 | 𝑹𝒐𝒔𝒆 𝒙 𝑨𝒏𝒏𝒂 (𝑳𝒊𝒍𝒚 𝒐𝒇 𝒕𝒉𝒆 𝒗𝒂𝒍𝒍𝒆𝒚)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora