6

164 30 7
                                    

Capítulo 6 :Influir

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Capítulo 6 :
Influir

Bosco y Pepa habían acordado que trabajarían después de las horas de ensayo en el gimnasio, así que Bosco se sentó en una silla cercana a las barras. Aunque no estaba muy cómodo, no tenía muchas opciones.

Observaba cómo Pedro Pablo tomaba aire antes de impulsarse y agarrar con fuerza las barras para seguir con su rutina. El rubio lo miraba asombrado; Pepa tenía un gran talento y disciplina. Sin darse cuenta, Bosco esbozó una media sonrisa. En ese momento, sintió su celular vibrar y contestó la llamada.

—¿Bueno?

—Hola, baby, adivina quién ya está de regreso en la ciudad —chilló la persona del otro lado de la línea.

—¿Gio? —preguntó sorprendido, dejando de prestar atención a Pepa.

—Obvio, ¿Quién más?. Voy a verte a tu casa, chau —dijo Giovanna antes de colgar la llamada.

—¿Qué? ¿Bueno? ¿Giovanna?

Miró su celular y solo vio su reflejo en la pantalla. Ignoró la situación y volvió a centrar su atención en Pedro Pablo, quien ahora estaba practicando otra coreografía en el piso elástico.

Después de una larga hora de entrenamiento, Bosco y Pepa salieron del gimnasio y se encontraron con Gala, quien estaba tomando fotos a Fermín.

—Eso, y quedó —dijo Gala, bajando su cámara y mirando a los dos chicos.

—Hola, Gala —saludó Pepa mientras se hacía una coleta.

—Hermana —dijo Bosco, cruzado de brazos—. ¿Qué haces aquí?

—Solo quise pasar a verte —respondió Gala con una sonrisa y tomó una fotografía rápida de su hermano con Pepa.

—¡Gala! —se quejó Bosco, tratando de quitarle la cámara a su hermana.

Fermín se acercó a Pepa mientras observaba a Bosco y Gala peleando por la cámara.

—¿Qué onda, Pepa? ¿Cómo vas? —preguntó Fermín.

—Ah, bien. Ya me inscribí en las competencias regionales y estoy muy emocionado por regresar —respondió Pepa.

—Qué bueno, Pepa. Ya verás que les ganas a todos —dijo Fermín, dándole un suave golpe en el hombro en señal de apoyo.

—Gracias, Fefe.

—Vámonos, Fermín —dijo Gala, subiendo rápidamente con Bosco tras ella.

Pepa y Fermín se miraron extrañados.

—Sube, Pedro Pablo —dijo Bosco desde su asiento.

Pepa subió al auto y se sentó junto a Bosco. Recordó aquel día en que la lluvia los había acompañado; la incomodidad que se sentía entonces ya no existía. Ahora, el silencio era cómodo de alguna forma.

Quizás se vuelva amor | BospaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora