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Capítulo 1 : 

Nuevos comienzos




En el hogar de los Roble un chico de cabellos rizados se encontraba muy apurado empacando sus cosas, no era usual verlo en apuros, pero había sucedido un percance.

—¡Pepa, mijo, se te hace tarde! —gritó su tía desde la cocina.

—¡Ya voy!

Y tomando su último cuaderno salió disparado hacia la cocina para tomar su lonche.

—¡Buenos días, tía! ¡Buenos días, abue! —dijo Pepa apresuradamente, tomando una funda con taquitos de canasta y su bebida.

—Buenos días Pepa ¿Por qué te levantaste tan tarde?

—Salo se llevó mi celular, y ahí estaba la alarma sumándole que ayer no dormí a la hora adecuada, se me complico despertarme temprano, pero no vuelve a pasar te lo prometo —dio la explicación más rápida que pudo, y con una mano en juramento miró a su tía, casi madre.

—Ay bueno, que no vuelva a pasar Pepa y por favor no te desveles más, te va a hacer mal y no quiero que eso te afecte en el colegio —Paz tomó su rostro y deposito un beso en la frente y este le regalo una sonrisa.

—Pepa, hijo se te va el camión —dijo su abuela entrando con algunas fundas.

—¡Voy!, gracias —le dio un beso en la mejilla a su tía —Las quiero

Y sin más que decir salió dispuesto a poder alcanzar el camión a tiempo, no estaba para caminar en los tiempos que iba.

—¿No hay mas cartas ma?, siento que nos falta una —mencionó Paz mirando su buzón.

—No hija, fíjate bien, tal vez se cayeron.

Ella haciendo caso a su madre se dispuso a buscar en el suelo.

—¿Buscando algo Pazita? —era Fermín su ex marido y padre de su hija, quien estaba frente a ella.

—Ay, no, solo la correspondencia, pero en fin ¿Ya dejaste a Maria?

—Si, se fue muy feliz a su aula, oye le encanta ir a la escuela, no se, no salió a mi.

Paz solo rodó los ojos, las ocurrencias de él, no tenían límites.

—Pues eso lo saco de mi —le hizo una seña para que pasara, pero él solo negó.

—No Pazita muchas gracias, pero tengo que entregar mi curriculum en la casa de los Villa de Cortés y quiero ser puntual —dijo ajustándose un traje imaginario. Ella soltó una risa.

Quizás se vuelva amor | BospaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora