¿Cómo puedes decir no?

Capítulo 25 : Una habitación llena de cosas rotas

Oikawa Tōru estaba en pánico absoluto.

No estaba del todo seguro de lo que había pasado. Se había emborrachado tanto que apenas podía mantenerse en pie y había salido a fumar un cigarrillo para intentar aclararse un poco la cabeza cuando Iwaizumi dejó su propia despedida de soltero para unirse a él. Iwaizumi se ofreció a ir a tener la conversación que Oikawa sentía que debía haberse producido hace seis años, que deberían haber tenido cuando Iwaizumi decidió romper con Oikawa cuando ambos se graduaron de la escuela secundaria e Iwaizumi decidió mudarse al otro lado del mundo sin siquiera mencionarlo a su novio en ese momento. Y, aunque su cabeza daba vueltas y Oikawa dudaba de su propia capacidad para estar completamente presente y coherente para la conversación que había ansiado durante tanto tiempo, los dos hombres tomaron un taxi de regreso a la suite del hotel de Oikawa por sugerencia de Iwaizumi, para que pudieran tener algo de privacidad. Pero una vez que llegaron, tomaron unas copas más y se acomodaron en el sofá, y una vez que Oikawa realmente comenzó a tratar de abordar algunos de los problemas que su ruptura le había dejado, Iwaizumi simplemente se rió de él.

—¿Hablas en serio? —se burló Iwaizumi, dejando su vaso en la mesa de café— . ¿ De verdad estás tratando de hacer esto ahora mismo? —¿Hacer qué? —Oikawa frunció el ceño, tomando un sorbo tembloroso de su propio vaso antes de que Iwaizumi también lo tomara de su mano. Iwaizumi enroscó su brazo detrás de Oikawa, rodeándolo con él su espalda baja, y dijo—: No hay forma de que te hayas vuelto tan despistado en tu vejez, ¿verdad? El castaño retrocedió instintivamente, presionándose torpemente contra el brazo del sofá. —Iwa-chan —dijo en voz baja—, no sé lo que estabas pensando, pero vine aquí para hablar . De hecho, la razón por la que vine a tu despedida de soltero fue para tratar de conseguir algún tipo de cierre. “¿Cierre?”, repitió Iwaizumi, cerrando el pequeño espacio que Oikawa había logrado crear entre los dos, acercándose tanto al castaño que prácticamente podía saborear el penetrante olor a whisky en su aliento, “Te daré tu cierre…”.

Puso su otro brazo alrededor de Oikawa y atrajo al hombre más joven hacia él antes de presionar con fuerza sus labios contra los de Oikawa. Oikawa se retorció en su agarre, finalmente liberando sus labios de los de Iwaizumi, pero finalmente cayendo del sofá mientras luchaba. "¡Iwaizumi!", exclamó, usando el apellido completo de su antiguo as por primera vez prácticamente desde que los dos se conocieron, "No sé qué no dejé en claro, ¡pero ahora estoy con Tobio! Lo amo. No quiero hacer esto". Al ver su oportunidad, Iwaizumi se bajó del sofá y se sentó a horcajadas sobre el hombre más joven. "No me importa", dijo Iwaizumi sin comprender. "Prometiste que solo me amarías. Prometiste que serías mío para siempre. ¿Por qué se supone que me debería importar cuando rompiste tu promesa?".

Oikawa sintió que el corazón se le hundía en el estómago, que ya estaba revuelto y lleno de tantas otras cosas. Su mente estaba muy confusa y las cosas no tenían mucho sentido, pero las palabras de Iwaizumi habían tocado una fibra sensible en él. Sabía que había roto su promesa. Se había mantenido firme en ella durante tanto tiempo, pero solo recientemente se derrumbó y eligió amar de nuevo. ¿Por qué lo estaban castigando cuando fue Iwaizumi quien finalmente lo abandonó?

—Hablo en serio —gruñó Oikawa mientras intentaba levantarse apoyándose en los codos pero no lo lograba—. Quítate de encima de mí. —No —replicó Iwaizumi, inclinándose y besando a Oikawa una vez más. Era un poco más brusco y Oikawa luchó más contra él, aunque los esfuerzos de Oikawa no duraron mucho; el moreno estaba simplemente demasiado borracho y no tenía la fuerza suficiente para luchar contra el hombre que había demostrado una y otra vez ser mucho más fuerte que él cuando estaba sobrio, y mucho menos cuando Oikawa sentía como si cada una de sus extremidades estuviera hecha de gelatina.