El sol despuntaba en el horizonte cuando Alicia, Robin y Leo comenzaron a empacar sus cosas para regresar a San Sebastián. El fin de semana en Bilbao había sido una experiencia inolvidable, llena de momentos especiales y lazos familiares fortalecidos. Mientras cargaban el coche, Leo no dejaba de hablar sobre todas las aventuras que había vivido con su tío Unai.
— Mamá, papá, ¿cuándo podemos volver a Bilbao? —preguntó Leo, con una mezcla de entusiasmo y nostalgia.
Alicia y Robin se miraron y sonrieron.
— Pronto, campeón. Prometemos que volveremos pronto —respondió Robin, acariciando la cabeza de Leo.
Despidiéndose de los padres de Alicia y de Unai, la familia emprendió el camino de regreso a San Sebastián. El trayecto fue tranquilo, con Leo dormido en el asiento trasero, exhausto pero feliz. Alicia y Robin aprovecharon el tiempo para conversar sobre los planes a futuro.
— He estado pensando mucho en estos días, Alicia —dijo Robin, manteniendo la vista en la carretera—. Me gustaría que consideráramos vivir juntos. Siento que ya somos una familia, y quiero estar más presente en la vida de Leo y en la tuya.
Alicia sonrió, sintiendo una calidez en su corazón.
— He estado pensando lo mismo, Robin. Me encanta la idea de que vivamos juntos y construyamos un hogar para nosotros tres.
La conversación continuó, planeando los detalles y compartiendo sus sueños para el futuro. Ambos sabían que sería un gran paso, pero también sentían que era el correcto. Al llegar a San Sebastián, la emoción y la determinación por su nueva vida juntos los llenaban de energía.
Esa noche, después de desempacar y cenar, Alicia y Robin hablaron con Leo sobre la posibilidad de mudarse juntos. Se sentaron en el sofá, con Leo entre ellos, y le explicaron con cuidado lo que significaría.
— Leo, hemos estado hablando sobre algo muy importante —comenzó Alicia, mirándolo con cariño—. ¿Qué te parecería si Robin se mudara con nosotros y viviéramos juntos como una familia?
Leo miró a Robin, luego a su madre, y una gran sonrisa apareció en su rostro.
— ¿Papá se mudará con nosotros? ¡Sí! ¡Me encantaría! —exclamó, saltando de alegría.
Robin rió y abrazó a Leo.
— Me alegra que estés feliz, Leo. Esto será algo nuevo y emocionante para todos nosotros.
Los siguientes días estuvieron llenos de planes y preparativos. Alicia y Robin buscaron una casa que fuera perfecta para los tres, un lugar donde pudieran construir nuevos recuerdos y sentirse verdaderamente en casa. Finalmente, encontraron una hermosa casa cerca del mar, con un jardín donde Leo podría jugar y una espaciosa sala de estar donde podrían pasar tiempo juntos.
La mudanza fue un proceso emocionante y un poco caótico. Los padres de Alicia y Unai vinieron a ayudar, y Leo, con su energía inagotable, fue una gran ayuda, aunque a veces más enérgica de lo necesario. Ver cómo su nueva casa tomaba forma llenaba a todos de entusiasmo y anticipación.
El primer día en la nueva casa fue especial. Leo se dedicó a explorar cada rincón, mientras Alicia y Robin desempacaban y organizaban sus cosas. Por la noche, decidieron hacer una pequeña celebración en su nuevo hogar. Alicia preparó una cena especial, y Robin se encargó de la decoración, creando un ambiente acogedor y festivo.
Sentados a la mesa, disfrutaron de la comida y de la compañía mutua. Leo no dejaba de expresar su alegría por la nueva casa y la idea de tener a Robin siempre cerca.
— ¡Esta es la mejor casa del mundo! —dijo Leo, masticando una de sus comidas favoritas.
— Estoy de acuerdo, campeón. Esta casa es especial porque estamos juntos —respondió Robin, levantando su vaso para brindar.
— Por nuestra nueva vida juntos —dijo Alicia, levantando su vaso también.
— ¡Por nuestra familia! —exclamó Leo, alzando su vaso de jugo.
Después de la cena, se acomodaron en el sofá para ver una película. Leo se acurrucó entre Alicia y Robin, sintiéndose completamente feliz y seguro. Alicia y Robin se miraron, sabiendo que habían tomado la decisión correcta.
— Este es solo el comienzo de nuestra vida juntos, y no podría estar más feliz —susurró Alicia, apoyando su cabeza en el hombro de Robin.
— Estoy contigo, Alicia. Este es el primer capítulo de una hermosa historia que estamos escribiendo juntos —respondió Robin, besándola en la frente.
Esa noche, mientras Leo dormía profundamente en su nueva habitación, Alicia y Robin se quedaron despiertos un rato más, conversando sobre sus sueños y planes. Sentían una profunda gratitud por haberse encontrado y por la oportunidad de construir una vida juntos.
San Sebastián, con su encanto y belleza, se convirtió en el escenario perfecto para su nueva vida como familia. Con amor, apoyo y sueños compartidos, Alicia, Robin y Leo sabían que juntos podían enfrentar cualquier desafío y disfrutar de cada momento, creando recuerdos que durarían para siempre.
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El gol del corazón: La historia de Robin y Alicia
Cerita PendekEn el vibrante mundo del fútbol, donde el césped y el brillo de los focos definen el día a día, es fácil olvidar que detrás de cada figura pública hay historias de amor, sacrificio y esperanza. Este es el relato de Robin Le Normand, un talentoso def...