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Luego de un rato en el que Jungkook estaba jugando animadamente con Yeonjun, la puerta de la entrada sonó, indicando que había llegado otra persona.

—Seguro que es tu papá, ¿quieres ir a verlo?— preguntó en dirección al bebé, recibiendo algunos balbuceos en respuesta— Lo tomaré como un si.

El omega cargó con delicadeza al pequeño cuerpo del menor que se acomodó entre sus brazos, pues ya estaba acostumbrado al tacto gentil de su cuidador. Mientras salían de la recámara se encontraron cara a cara con Taehyung, quien miraba con una ceja enarcada a su hijo que parecía bastante cómodo.

—Buenas tardes, hyung. Ya lo estábamos esperando— saludó el pelinegro— ¿Quiere cargarlo? Seguro que lo extrañó.

—De acuerdo, puedes aprovechar para ir alistándote— dijo en lo que recibía al pequeño en sus brazos.

Una vez que Jungkook fue a la entrada de la casa para buscar sus cosas, Taehyung aprovechó para entrar a la cocina y dejar algunas cosas que había comprado, en ningún momento soltó a su hijo que miraba a su alrededor con curiosidad. Sin embargo, la atención del mayor recayó en el tacho de basura que tenía empaques de comida rápida.

—Debo irme, está corriendo un poco de viento y quizás luego empeore— avisó el omega mientras se asomaba en la puerta de la cocina—. Nos vemos despu-...

—¿Estás alimentándote con comida procesada?— cuestionó, dándose la vuelta para encarar a su acompañante que lo veía extrañado.

—A veces lo hago porque es lo más rápido de preparar y digerir, hoy fue una de esas veces.

El alfa castaño frunció el ceño ante la información recibida, especialmente porque conocía el daño que esos alimentos podían tener en las personas que los ingerían a diario, no por nada era chef.

—A partir de mañana prepararé el almuerzo para ambos.

—¿Ah? ¿Y eso?

—No se te descontará de tu suelo, si es lo que te preocupa— informó en lo que nuevamente le daba la espalda al pelinegro para acomodar sus compras—. Puedes retirarte.

—Gracias...— respondió sin saber que más decir, había quedado un poco perplejo antes de regresar a su comportamiento de antes— Hasta mañana, hyung, ¡no se olvide de darle leche materna a su bendición!

—¿Bendici‐...?— no pudo seguir preguntado, pues escuchó la puerta de la entrada ser cerrada— Vaya, que loco, ¡te llamó bendición!

Y como si Yeonjun le hubiera entendido, se removió feliz entre sus brazos, hasta él parecía haberse adaptado a la actitud extrovertida que Jungkook demostraba a diario.

—No puedo creerlo, ¿hasta a ti te gustó el apodo?

—No puedo creerlo, ¿hasta a ti te gustó el apodo?

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Coincidence of love (KTH & JJK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora