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Hannibal Lecter era un hombre muy ordenado, apuesto y puntual, sobre todo puntual, es por eso que amaba el usuario Adam. El chico de rizos siempre hacía sus transmisiones en vivo a las 20:00 horas todos los viernes, ni un minuto antes ni un minuto después, siempre muy puntual, tal y como le gustaba a Hannibal. 

Pero la puntualidad no era lo único que le gustaba del chico, pues es obvio que su atracción era más física que cualquier otra cosa o al menos eso se hacía pensar así mismo el doctor cada que veía al lindo William Graham caminar por las calles en camino a su universidad. 

Su obsesion había empezado hace poco más de un año, una noche aburrida decidió auto entretenerse un poco y terminó cayendo en la página del pequeño Will, habían muchos chicos transmitiendo, muy bellos por cierto pero ninguno le llamo tanto la atención como lo hizo aquel cabello rizado y ojos claros. No sabía si era la sensualidad de su cuerpo delgado o la ternura de aquel cabello despeinado pero había algo que lo volvía loco, como lo hacían aquellos ojos azules pero verdosos que lo veían a travéz de la pantalla, esa mirada tan llena de deseo, con cierta inocencia pero muy en el fondo tristeza lo cautivaban cada que los veía.

William, mejor conocido por su nombre falso, Adam, se encontraba sentado frente a la cámara, una mascarilla negra tapaba parte de sus rostro, dejando solo sus ojos ver. Vestía una camisa a botones, tal y como le gustaba a sus seguidores, con los primeros tres botones abiertos y una corbata mal colocada sobre sus hombros.

-Veo que me esperaban con ansias- El joven bromeó al ver como más de 200 personas se unían con solo dos minutos de haber abierto el en vivo 

-Dr Han, que gusto tenerlo de vuelta- Hannibal esucho su usario ser nombrado por el joven y no pudo evitar sonreir como una chica adolescente que veía a su celebridad favorita  

En su pantalla se podían ver cientos de comentarios y propinas en forma de pescaditos, el joven lo había personalizado de esa manera pues le gustaba bromear diciendo que le gustaba pescar pescados muy grandes, haciendo referencia al dinero que le era enviado 

-Wow, veo que hoy será un buena noche- Will no había empezado a desvastirse y ya casi llegaba a la mitad de su meta de la noche -Muchas gracias Dr Han, usted siempre tan especial conmigo- una risa suave escapa los labios del menor al ver como este usuario siempre le daba las propinas más altas 

Will había notado el usuario el Dr. Han apenas unas semanas después de que empezó a seguirlo, el siempre estaba en todas sus transmisiones y a diferencia de la gran mayoría, él era muy caballeroso con sus comentarios, siempre adulandolo y halagando su belleza, muchas veces logrando que este se sonrojara, pues era fácil distinguir su "Dejame escuchar esos dulce gemidos para mi" a "Gime más fuerte, puta". De alguna manera u otra, el Dr. Han le hacía sentirse especial.

-Bien a petición del usuario Bri Zeller, esta semana estaré probando esto- Will levantó una botella pequeña de algo que parecía se una especie de crema -Se llama Whiskey Shot- una risa seca espaca sus labios leyendo la botella -Lubricante produce una sensación de calor emocionante...¿Saborizado?- 

Will leía lo que decía el envase mientras que son su otra mano desabotonaba el resto de su camisa, su torso estaba ahora descubierto y sus dedos llenos del lubricante, con lentitud dejó el liquido caer sobre su pecho viendo la pantalla llenarse de comentarios. Dejó el envase a un lado y con su mano empezó a jugar con su pezón derecho viendo como este rápido se ponía erecto en contacto con el lubricante y segundos después un gemido escapa su boca.

-No pensé que fuese tan efectivo- quejó el cabello rizado cerrando sus ojos y disfrutando de la sensación 

Hannibal veía su pantalla concentrado, William se veía tan bien como siempre, su torso descubierto, piel palida y aquellos pezones de color rosa, tan deseables siendo maltratados por su mismo dueño. Suaves jadeos salían de la boca del joven y en parte baja de la cámara se podía ver la creciente erección de Will.

-¿Quiere que lo pruebe en otro lugar?- Will leía los comentario mientras jugaba con su cuerpo -¿Dónde exactamente?- El chico fingía inocencia, cosa que le encantaba a hannibal 

William dejó su torso descansar y llevó sus dedos llenos de lubricante hasta su boca, chupandolos lentamente, haciendo contacto visual con la cámara y asegurandose de que se pudiera escuchar el sonido de su saliva jugando con los dígitos.

-Bien, no se desesperen- Will leía los comentarios pdiendo que mostrara más y que pusiera aquel lubricante en zonas todavía más intimas -ya saben que soy suyo toda noche- 

El joven guiña un ojo a la camara antes de acomodarla a un angulo más bajo, enfocando su erección y dejando así ver al fondo su cicatriz en el abdomen

-¿Esto es lo que querían- su mano desabrochaba su pantalón mientras leía los comentarios en voz alta, al menos esta sería una noche divertida

***** 

William caminaba un poco preocupado, todo fue de maravilla la noche anterior, disfrutó su noche y logró más dinero del que había en su meta inicial, pero su buen humor cambió drásticamente cuando se levantó con su mascota, su hijo, su bebé Winston vomitando en la sala de su casa. El joven usualmente no se preocuparía mucho pues sabía que su perro era muy travieso y solía comer ramas o hojas que le hacían mal al estomago pero el muchacho tomó la repentina idea de llevarlo al veterinario después de escucharlo llorar por casi una hora después de levantarse.

Eran apenas las siete de la mañana, su clínica veterinaria no estaba abierto hasta las ocho pero no podía esperar más el sonido aflijido de su cachorro, le preocupaba mucho, así que tomó una ducha rápida y sin pensarlo dos veces puso la correa en su canino caminando fuera de su apartamento. 

No era una buena idea, el perro estaba obviamente enfermo y no podría caminar hasta la clínica animal pero Will no podía hacer más no tenía un auto y los taxis no aceptaban mascotas, es así como el joven de cabello rizado caminaba por la calle con el perro en mano a un paso considerablemente lento y una mueca de preocupación en su rostro. 

Sus brazos empezaban a doler, no estaba lo suficientemente en forma para estar cargando a Winston por la calle, y para mejorar su día un auto paro frente a el mientras cruzaba la calle pues William tomó la brillante idea de cruzar sin ver a los dos lados. Esperaba que el conductor lo insultara pero en cambio bajó el vidrio de su Bentley y un hombre apuesto, muy bien vestido y con ya algunas canas en su cabello le veía serio.

-Deberías tener más cuidado- su voz era neutral pero había una pequeña sonrisa en la punta de sus labios -¿Necesitas ayuda, lindo?- su tono era levemente sarcastico mientras veía el joven de pies a cabeza cargando a su perro 

William habría dicho que no  pues rara vez confiaba en extraños pero no sabía si era la preocupación por su mascota o lo apuesto que era el señor pero Will aceptó sin pensarlo dos veces.

-Hannibal Lecter, un gusto- El hombre se había bajado a ayudar con el cachorro y hasta le abrió la puerta del menor sonriendole con cortesía 

-Will Graham- Respondió el menor, casi con un suspiro de alivió 

-Lo sé- Hannibal respondió en un tono más bajo pero lo suficientemente fuerte para que el menor le escuchara, pero antes de que este pudiese decir algo, Hannibal cerró la puerta del auto caminando hasta el lado de conductor dejando a Will confundido y con la palabra en la boca 

Hannibal siempre había soñado con presentarse al de cabello rizado, pero nunca pensó que lo haría bajos circunstancias tan poco probables...


Cam BoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora