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── No quiero ir a casa. ── Declara sin ningún tipo de duda el azabache, justo después del entreno, cuando ambos se encuentran solos y alistándose para la caminata diaria (donde él la dejaba en casa solo porque "le quedaba de camino")


── ¿Mh? ── Una confundida __ no parece comprender la situación y antes de siquiera poder refutar, su muñeca había sido atrapada entre los falanges ajenos, siendo arrastrada por el más alto, en dirección opuesta a su hogar. ── ¿Qué es lo que se supone que haces?


── Ya te lo dije, no quiero ir aún a casa. ── El sol estaba cayendo justo en ese instante, siendo el atardecer quien pinta el mismo con los anaranjados colores.


── ¿Por qué? ── Pregunta ciertamente extrañada.


── Porque en casa todo es silencioso y solitario, ¿te sorprende que quiera algo de ruido por un día? ──  la pregunta la deja en silencio por un momento.


── No... ── Desde aquel día en la casa de Suna, las cosas se habían puesto más estrechas entre ellos, logrando un vinculo que ella nunca creyó lograr. ── ¿A dónde vamos?


── Te invitaré a cenar, las bebidas también. Es un bar tipo restaurante, a veces tocan bandas y generalmente ponen buena música, te gustará. ── Ahora él incluso hablaba más que antes, lo que sin duda, era algo de lo que ella no terminaba por acostumbrarse.


El trayecto fue silencioso, no estaban muy lejos y en todo ese tiempo, ella seguía siendo arrastrada por la mano que rodeaba en un agarre débil su muñeca. Pudo haberse separado, por supuesto, pero Suna transmitía demasiado calor y el invierno seguía presente, manteniendo incluso sus mejillas frías ante el clima.


── Ya llegamos ── Declara el de orbes amarillentos, logrando sacar de sus pensamientos a la de tono café.


── Uhm, parece un lindo lugar. ── Una vez entran, se ve claramente como la iluminación cambia drásticamente del cielo ya oscurecido a un azul luminoso, luces led para ser más exactos; y para ser un jueves a las 7pm, el lugar parecía estar bastante concurrido, con alguno que otro espacio libre.


── No te traería de no ser así. ── Ojos rueda, como de algo con total obviedad se tratará. Finalmente, se ven ubicados en una de las mesas con una clase de sofá, ante el respaldar y asiento bien acolchado contra la pared, uno al lado del otro, estaban cansados como para ubicarse en las sillas incomodas.


── ¿Por qué no le dijiste a los demás para venir? ── Pregunta ahora un tanto desconcertada, ahora que veía bien, mañana al menos la mitad de las personas presentes tendrían que trabajar y eso explicaría la hora para tomar o comer en compañía.


── Quería estar solo contigo. ── Concluye sin más, tomando la carta recién entregada entre sus manos, en busca de algún platillo para comer.  ── ¿Tomarás? Te dejaré en casa después, así que no deberías de preocuparte si quedas muy mal y los entrenos de esta semana son en la tarde.


── Ya entendí que quieres que beba, lo haré. ── Ojos rueda, fingiendo irritación antes de carcajear bajo. Las técnicas poco obvias del chico siempre funcionaban para persuadirla.

❛Génesis❜   - 【SUNA】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora