Sleep in the land of dreams

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Colonipenal, el país de las celebraciones, donde el dormir brinda un placer mayor al del descanso, donde los sueños se hacen realidad. Muchos rostros famosos se veían, así como caras de aquellos representantes y aliados de diversas facciones: la Corporación, vigilantes de la galaxia y un largo etcétera. Una estructura colosal situada en el sistema Asdana, con el famoso Hotel Fantasía como emblema destacado.

Antes era una prisión fronteriza perteneciente a la Corporación, y ahora sirve como centro de transporte interestelar y puerta de entrada al Paraíso de los dulces sueños, administrado por La Familia.

El Festival Carismonia estaba a la vuelta de la esquina y el mundo estaba haciendo sus reservaciones en el hotel. En ese momento, un miembro de los vigilantes estaba registrándose, pero recibió una sorpresa algo desagradable al enterarse de que alguien más ya decía ser un vigilante.

—¿¡Qué caracoles quieres decir con que una vigilante ya se registró?! —decía el vaquero enojado. Según él, no había otra vigilante de la galaxia además de él, así que lo evidente era asumir que alguien fingía ser miembro de su facción-. ¿Puede decirme el nombre de la farsante?

Señor, le pido por favor que se tranquilice. Si no tiene reservación, salga de la fila o tendré que pedir que lo escolten a la salida. —La recepcionista no dudó en decirle al extraño que bajara la intensidad para evitar un desorden público—. Por confidencialidad, no puedo revelar información de los huéspedes.

El vaquero no estaba satisfecho, pero, sin remedio, se fue. Sin embargo, pudo ver cómo un grupo bastante llamativo había llegado para la reservación. Ellos también tuvieron un poco de problema al ingresar.

Él iba a reírse en consuelo a sí mismo, pues al menos no era el único con problemas, pero veía cómo una joven de pelo color bígaro los ayudaba a poder entrar más fácilmente. Escuchó que uno de los miembros no iba a poder estar en el hotel.

Aquella chica se le hacía familiar, era como si hubiera visto su rostro en algún otro lugar. Su mente, tristemente, no era muy rápida, así que no consiguió recordar quién era; sin embargo, no importaba, pues se tenía que ir dado que ya no podía estar ahí.

¿Pero a dónde podía ir? Resignado, salió del planeta de las celebraciones sin mucha idea de a dónde ir. Esta vez viajaba sin rumbo y con un mal sabor de boca. Estaba molesto, ya que ni siquiera había miembros de la Corporación que pudiera provocar y no tenía reservación.

Por otra parte, Robin estaba ayudando a los miembros del expreso a arreglar los inconvenientes con su reservación. Sin embargo, si bien pudo resolver uno de los cuantos problemas con los pases, había otro: Caelus y Stelle, portadores del estelaron, simbolizaban la necesidad de un pase extra.

Sin embargo, como un golpe de buena suerte, apareció una persona de alta importancia en la Corporación, Aventurino, quien decidió darles la mano para ayudarlos. Pero, ¿por qué ellos?, era extraño que ellos tuvieran la gracia de ese milagro sin que se les solicitara algo a cambio, pero oportunidades así no se debían desaprovechar.

El tema de la reservación había terminado y el grupo se separó. Caelus y Stelle fueron a ver las habitaciones, mientras que Welt, Himeko y Marzo se familiarizaban con el entorno.

El dúo que fue a ver las habitaciones era como mapaches, curiosos y algo caóticos, pero también inseparables. Entraron a una de sus habitaciones para inspeccionar y ver qué había. Todo era paz hasta que notaron una presencia nueva.

Se trataba de Aventurino, quien sigilosamente había entrado a la habitación, viendo a los hermanos y sonriendo como un zorro astuto que guiaba a sus presas a un rincón sin salida.

¿Disfrutando la habitación? No tienen que agradecerlo —decía Aventurino—, pero había algo raro, no solo en él, sino en el ambiente, algo que se acercaba lentamente. —Bueno, el cuento es largo, pero algo raro está sucediendo. Su parada no fue casualidad, ¿no creen? Hay algo raro en este lugar, algo que pone en riesgo la vida de muchos. Imagino que su sentido moral les dice que deben hacer algo, ¿pero saben algo? Nos veremos luego, ahí discutiremos mejor. —Una peculiar moneda apareció en la mano de Stelle; ellos no estaban enterados de nada.

Aquella presencia extraña se acercaba más y más; los hermanos, todavía en shock por falta de conocimiento sobre el tema, finalmente vieron una figura imponente que se asomó en la puerta

¿Qué hacen en mi habitación? —Una mujer de pelo morado tenía su imponente mirada en los hermanos, con algo de duda y leve irritación, hizo la pregunta. Sin embargo, a pesar de la seguridad con la que hizo la pregunta, no era consciente de que no estaba en su habitación.

Mientras la tripulación se encargaba de sus propios asuntos, Robin se disponía a entrar al momento dorado y reunirse con su hermano para poder abordar el festival de una mejor manera.

Y despertó en aquel lugar donde todo sueño es una realidad; era una celebración sin fin, donde cada día era costoso pero gratificante. Robin salió del hotel para buscar a su hermano.

Tras un rato de deambular, robin se pudo reunir con su hermano, pero antes de poder intercambiar unas pocas palabras, se veían dos figuras descender desde el cielo estrellado.

¡Cuidado! —se escuchaba entre la multitud y, como si de meteoritos se tratase, los nuevos integrantes de la tripulación del expreso astral habían caído al suelo con dureza. Incluso siendo un sueño, parecían sufrir un poco por el dolor de aquel descenso.

Sunday y robin se acercaron a los gemelos con una expresión de angustia por la caída, que fue sustituida por una de calma al verificar que estaban bien.

Bienvenidos, trazacaminos —la voz serena de Sunday fue quien recibió a este dúo. —¡Nos volvemos a ver, anónimos! —fue el turno de robin de hablar, su voz, como siempre, dulce como miel y que, con una melodía, era como un ángel que del cielo cayó para iluminar a aquellos en la oscuridad.

La reunión y el encuentro con los anónimos transcurrió con normalidad, hasta que tuvieron que irse a reunir con su grupo. Finalmente, robin y Sunday quedaron solos, viendo el cielo estrellado de la ciudad de las fiestas.

El silencio, por más irónico que suene, se hacía cada vez más audible, hasta que Sunday hizo la pregunta:

¿Cuánto más vas a fingir? —Su serenidad se veía algo sacudida, pero su compostura se mantenía igual.

Capítulo 1, The gunslinger harmony, ha concluido.

No sé si se note que hubo cambios en la forma de escribir, tome los consejos que me dieron y en computadora (antes escribía en celular), implemente una extensión para mejorar significativamente, espero les haya gustado y perdón por desaparecerme, es que soy Batman y la baticiudad me necesita (bromis, solo me he ocupado con más cosas que han sucedido, pero creo que puedo actualizar con más frecuencia), me despido por hoy y que tengan, muy buenas noches.

No sé si se note que hubo cambios en la forma de escribir, tome los consejos que me dieron y en computadora (antes escribía en celular), implemente una extensión para mejorar significativamente, espero les haya gustado y perdón por desaparecerme, ...

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The Gunslinger's HarmonyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora