fell ; clemmings.

lviii.

luke abrió la puerta sintiendo el peculiar olor del departamento, uno que pocas veces se detenía a adorar.

el aire olía a michael y a él, olía a sus ropas sucias y limpias, sus perfumes, sus comidas, olía a su casa. se sentía como su casa. era su casa.

al adentrarse al pasillo sintió un suspiro y unos ronquidos. en el sofá estaba michael dormido en posición fetal, parecía un gatito hecho bolita en el cojín. se veía tan pequeño e indefenso.

luke no estaba para nada enojado con michael, podía entender que era difícil para él de la noche a la mañana descubrir tantas cosas. michael no tenía la culpa, era un idiota, sí, pero para ese punto luke jamás querría dejar a ese idiota.

escuchó como michael dejaba salir un suspiro una vez más y sonrió, era tan bonito cuando dormía.

"luke, ¿cómo te fue?" oyó la somnolienta voz de michael y supo que estaba despierto, y que lo había observado dormir un buen rato.

"bien, ¿cómo te sientes?"

"bien, creo." su voz sonaba rasposa. "¿alguna vez has tenido sexo con un chico?" michael preguntó de repente. "quiero decir, uhm, es que, uh, tuve un sueño raro."

"¿qué?" rió haciendo sonrojar a michael. "por supuesto que lo he tenido, cariño, soy gay." le guiñó el ojo.

"¿quieres... ugh-" se interrumpió a sí mismo cubriendo su cara con sus manos. "¿te gustaría tenerlo conmigo?"

la cara de luke se tiñó de rojo, no más que la de michael, claro.

"sinceramente sí." admitió.

y ambos se sintieron emocionados.