fell ; clemmings.

xlvii.

a la mañana siguiente luke tenía pequeñas bolsas debajo de sus ojos, había faltado a clases y estaba sudando en la cocina por el vapor que la gran olla emanaba. en la barra de la cocina un chico de cabello alborotado lo miraba y soltaba el aire con el termómetro en su boca. una cobija encima de sus hombros y calcetines con deditos cubriendo sus pies. se veía cansado y sus ojos estaban rojos y un leve temblor en sus manos. con cariño abrazando a su león de peluche y mirando a luke cocinar con su nariz roja como un reno.

"pareces un bebé." luke se quejó sonriendo. "eres tan lindo."

"no me gusta estar enfermo." resopló.

"a mí tampoco me gusta que te enfermes, pequeño."

"soy mayor que tú." hizo puchero.

"eres más bajito que yo."

"cállate, luke."

"siempre me mandas a callar, ¿no te cansas?"

"no." sonrió, arrugando su roja nariz. "no me canso de ti."

"¿cómo descubriste que eras bisexual?" preguntó michael de repente.

"soy gay." dijo luke tranquilamente. "de vez en cuando estoy con chicas pero soy gay, me gustan los hombres, ellas me son indiferentes." suspiró. "me gustas tú, para ser precisos."

"¿y seré yo por cuánto tiempo?" preguntó repentinamente asustado.

"tranquilo, gatito." besó su frente y se acercó a la olla con la sopa. "serás tú por un largo tiempo."

porque michael empujó a luke a caer tan profundo... que no podría salir en mucho tiempo.

y luke sintió que quería quedarse ahí para siempre.

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