II

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Narra Second

Los tres días de trayecto en barco ya habían pasado, ahora mismo estaba descendiendo en los puertos de una tal ciudad, llamada Valparaíso. 

Fui recibido por unos guardias, que me llevaron sano y salvo hacia un gran palacio, en la entrada se encontraban dos figuras, cuando me acerqué se presentaron.

-Mucho gusto, joven Reich, me presento, mi nombre es Imperio Español- Este señor era alto, de piel y cabello blanco, con una gran cruz roja en su cara, sus ojos también eran rojos, y tenía unos grandes dientes puntiagudos-Y al que ves acá es Chile, mi hijo- Chile era considerablemente más bajo, pero era igual a su padre, excepto por sus ojos, que en vez de ser rojos, eran azules, y tenía mechones rojos en el pelo. Para ser menor que yo era bastante apuesto.

-El gusto es mío- Dije mientras ofrecía mi mano, la cual fue tomada por el español.

-Ojala nos pudieramos quedar más tiempo para charlar, pero solo vine para supervisar su llegada y tengo otros asuntos que atender, los voy a dejar solos para que hablen, adempas le ordene a Chile que te muestre los alrededores- Apenas me podía imaginar a mí gobernando un país, tan difícil era? 

Hubo un silencio incómodo entre Chile y yo, al parecer él quería que yo hablara primero, pero no sabía cómo romper el hielo.

-L-lindo lugar, q-que tal si me lo muestras?- Yo no solía tartamudear, pero es algo difícil si hay alguien mirándote fijamente, esperando a que hables.

-Por supuesto- Empezamos a caminar a través del gran palacio, a diferencia de mi país, todo estaba rodeado de naturaleza, algo que a mí me encantaba!

-Chile, te importaría después mostrarme el bosque?-

-Claro, ningún problema- Chile era amable y todo, pero era muy serio y obediente, no es que me molestara, pero era algo un poco extraño.

Mientras caminábamos, para que el ambiente no estuviera tan callado, saqué un tema de conversación.

-Al parecer tu padre te debe querer mucho, para ordenar que alguien te cuide- El chileno me miró con una ceja alzada, pero solo me respondió bufando.

-Mi padre? Jajaja, todo el mundo sabe que él odia a sus hijos, para él solo somos fuentes de dinero y protección, esa es la única razón por la que te enviaron, para evitar que intente independizarme- Me sentí un poco estúpido al saber tan poco del mundo y de lo que me rodeaba. 

Terminamos de caminar cuando Chile me mostró en donde me quedaría a dormir, empecé a desempacar mis cosas y a ponerlas en su respectivo lugar. Cuando termine, el chileno seguía esperándome, apoyado al marco de la puerta, aunque estaba un poco desconcentrado viendo por la ventana con una mirada un tanto triste.

-Chile, vamos?-

-Ehh? Ah, sí claro, vamos- Se despertó de su trance y empezamos a ir para afuera, mientras eso pasaba, pude notar mejor a Chile, sus mechones rojos contrastaban con sus ojos, tenía un cuerpo delicado y un poco femenino, lo que le sentaba un tanto bien, no podía dejar de mirarlo, era muy lindo.

Cuando finalmente llegamos afuera, Chile se dio la vuelta para supervisar que nadie estuviese viendo, su seria expresión cambió a una alegre y me agarró de la mano para correr a un campo de margaritas que estaba cerca.

-En serio creíste que era serio? Solo finjo para que Imperio no crea que me quiero revelar en contra de él- Chile me dio una sonrisa, donde mostraba sus afilados dientes, al igual que su padre, y el viento le despeinaba el pelo.

...

Apenas te conocía, apenas me conocías, pero con tan solo ver tu sonrisa en ese campo de margaritas me robaste el corazón. 

Chile x Second Reich [PAUSADA/CANCELADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora