*MI PEOR PECADO Y MI MAYOR DESEO*

Mi mayor deseo y mi mayor pecado

Un día como cualquiera, un barco pirata llegó a un pueblo pequeño llamado Foosha pues no era más que el Barco de Akagami no Shanks.

Un niño muy interesado salió a ver el barco que había llegado, piratas.

Su nombre era Luffy y se asustó solo poco, pero su curiosidad le ganó y entonces conoció a ese hombre de cabellera pelirroja, su pancita se sentía rara cuando lo miro por primera vez, haciendo de su pequeño corazón temblar de felicidad.
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En el bar de Makino, el pirata Shanks y Luffy habían formado una relación amistosa. Pues Shanks quien había vuelto de su viaje hace tres días volvió con Luffy. Un niño que no se había presentado aún. Siendo tan pequeño.

Shanks se sentía apegado al niño y no lo entendía del todo, ya que desde que la primera vez que lo vio su corazón dió un giro y extrañamente quería protegerlo.

Pues hace unas horas Luffy había echo una locura para demostrar que era fuerte y valiente, se clavó un cuchillo en su mejilla, haciendo que a Shanks se le acelerará el pulso.

Claramente Luffy fue regañado por Shanks, y Luffy no se arrepientio.

Shanks se calmó y lo abrazó, así es como Luffy y Shanks terminaron en bar de Makino. Shanks se puso a beber cerveza, mientras que Luffy un jugo de naranja.

Shanks solo se burlaba de luffy y lo rechazaba. No quería que el niño sufriera los temores y peligro de los mares.

Entonces ocurrió los Bandidos, haciendo enojar a Luffy al ver a Shanks siendo tratado de la peor manera y este riéndose como si no hubiera pasado nada.

Shanks lo miro y su corazón se enternecio de el. Entonces Shank le sirvió jugo y se burlaron otra vez.

Pero Luffy quién estaba con hambre se comió la fruta que tenía al frente.

Mientras lo comía y los demás estaban distraídos, no se dieron cuenta que luffy se había comido la fruta del diablo.

Entonces cuando Shanks se dió cuenta ya era tarde, Luffy había comido la fruta.

Algunos se rieron, pero Shanks solo lo regaño. Y se rió, pero un olor dulce empezó a salir del pequeño cuerpo de Luffy. Un olor raro, un...

"Mío" habló su Alfa. Haciendo que Shanks se de cuenta.

-- ¡Makino!-- llamó Shanks y la chica vino corriendo. Era una Omega y ella sabría que hacer.-- llevate a Luffy... ahora.

Shanks no era tonto tenía Alfas en su tripulación no quería que nadie de su sintiera el olor de Luffy.

Makino no lo entendía al principio hasta que olió a Luffy y se dio cuenta que Luffy se estaba presentando como Omega. Lo agarro rápidamente y se lo llevó.

"Mi Omega, Mi destinado, lo deseo" decía el Alfa de Shanks. Pero no cedería, ahora comprendía el por que de su comportamiento.

Shanks, intento no moverse e ir a buscar a Luffy, a consolarlo, mimarlo y luego darle su marca y llenarlo de bebés... Demonios. Shanks ya estaba mal, sus pensamientos lo estaban guiando a Luffy, su Alfa ya se estaba apoderando de sus pensamientos.

Pero no pudo con sus instintos... Luffy necesitaba su marca...era suyo. No, Luffy no era suyo. Ya no podía más, el olor a su Omega lo volvía loco, su Omega, Suyo. Luffy... Luffy....tu Alfa te marcará.
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Luffy estaba empezando a tener fiebre y a llorar, dolía todo su cuerpo, era un dolor que Luffy no entendía, le dolía sus pechito y su tracerito.

Alfa.
Alfa
Alfa

Lloraba una voz que Luffy no comprendía, pero sabía que si le daba lo que quería dejaría de Doler.

-- Alfa... Quiero a Shanks...--dijo Luffy. Luffy quería a Shanks, no a ese tal Alfa que llamaba la otra voz.

-- Luffy... No puedes ver al capitán Shanks. No ahora. Yo vuelvo en una hora debo comprar supresores para ti.-- dijo Makino, para luego irse.

Luffy quería a Shanks, su voz en su cabeza a un tal Alfa.

-- Luffy...-- dijo una voz gruesa. Era Shanks y Luffy estaba feliz. Muy feliz.

-- Shanks...Alfa...-- Shanks miraba a Luffy como si estuviera enojado, pero extrañamente Shanks lo miro por completo y fue a su lado. Le sonrió y. Entonces empezó a acariciarlo.

-- Luffy...Mi omega.-- dijo. Estrañamente la voz estaba feliz y yo también.

-- Shanks... Duele todo...-- Lloro Luffy, Shanks lo acarició y lo mimo como quería, empezó a besar su frente, sus párpados, sus cachetes y sus labios.

-- Dejará de Doler, mi pequeño Luffy.-- dijo, lo destapó y se subió encima suyo, empezó a besarlo y besar todo su cuerpo. Hasta que llegó a su parte intima.

Shanks beso su parte y luego su tracerito, más que todo empezó a besar esa parte muy privada donde empezó a lamerle y chupar.

-- Bebé tu jugo sabe y huele igual a ti...-- dijo Shanks.

Luffy se sentía feliz.

Ese día Shanks cometió un pecado, impuro, indecente y fascinante, una obsesión.
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En una mañana los bandidos volvieron, Makino les sirvió cerveza, lo que querían.

Estos estaban empezando a hablar mal de Shanks y bueno Luffy los atacó y les reclamo.

Luffy era un niño, pero extrañamente no le gustaba que hablaran mal de Shanks.

Luffy le caía bien Shanks, pero odiaba a los bandidos.

Entonces Luffy insultó al bandido.
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Cuando el bandido estaba a punto de matar a Luffy, Makino como el alcalde estaban pidiendo que lo dejara irse, fue entonces cuando Shanks llegó, Nadie sabía lo que había echo el, nadie sabía que Shanks había sentido el miedo de Su Omega, nadie sabía que tenía una marca, nadie sabía por qué solo podía verse con un alto nivel de Haki.

Su Omega estaba siendo amenazado, más que todo estaba siendo tocado por esa Escoria.

Sus Nakamas no sabían de sus pensamientos, pero nadie tendría que hacerlo. Cuando Luffy fue secuestrado y se encontró en peligro el no dudó en ir a por el, rescatarlo, no importaba si perdía un brazo, no importaba nada más que el estuviera a salvo.

Su marca se veía hermosa, pero para su paz mental, Luffy no recordaba nada de ese día.
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Ahora sí debía irse, ahora sí... Pero no quería dejar a Luffy, no quería dejarlo, no quería que fuera tocado, o mirado por otros.

Pero estaban empezando a sospechar de que Luffy olía a mi, su olor era desconocido para todos, menos para mí. Por que su olor solo debía ser mío y de nadie más, nadie debía oler o marcar a Luffy con su olor.

Pero eso no podía evitarlo, entonces le dejo su sombrero. Esto estaba plegado de mi aroma. Cuando lo vi desde lo más lejos, con mi barco supe que lo extrañaría. III