𝐃𝐀𝐌𝐄 𝐋𝐀 𝐎𝐏𝐎𝐑𝐓𝐔𝐍𝐈𝐃𝐀𝐃 𝐃𝐄 𝐇𝐀𝐂𝐄𝐑𝐍𝐎𝐒 𝐄𝐓𝐄𝐑𝐍𝐎𝐒

Mihawk nunca entendió o al menos no le tomó importancia al momento que sus sentimientos dejaron de ser suyos para pertenecer al pelirrojo de ojos grises, no sabe ni le importa investigar mientras sigan presentes y Akagami siempre esté a su lado pero un humano es egoísta, siempre le gustó tener todo para él y los pensamientos de Mihawk siempre pedían una cosa.

Estar con Shanks.

No importa el método, pero le gustaría que ese pequeño niño le dijera “te amo”, no sólo con palabras sino también con acciones que él también le correspondería de una forma u otra, que no sólo sus sentimientos quedaran escritos en papeles que con el tiempo dejarían de tener valor y significado.

Pero hay momentos en los que no puedes tenerlo todo, Mihawk se dio cuenta cruelmente cuando Shanks no correspondió sus sentimientos, solo lo hizo por compromiso y lástima. Si Mihawk escribió un poema completo con el corazón en la mano, Shanks simplemente leyó la carta y dijo lo mismo con sus propias palabras.

Fue doloroso, muy doloroso porque mientras uno moría por amor y cariño el otro solo lo tomaba como un juego y le dolía, sin embargo no dejó de escribir los poemas con todos los sentimientos que tenía en ese momento, aunque a veces las lágrimas ganaban. . . No, podría dejar de escribir y enviar las cartas.

Cartas que fueron respondidas pero no de la misma manera, no podía quejarse y simplemente puso esas hojas en un cofre hasta que decidió usar otro método, un método que tal vez haría que un futuro no pudiera escuchar las canciones de la misma manera.

Aún así comenzó a buscar entre su lista de reproducción aquellas canciones que decían lo mucho que amaba a Akagami y que no dudaría en dejar de hacerlo, sin embargo, nada es eterno, nada dura y las canciones solo eran respondidas con un gracias. . . Un simple agradecimiento que Mihawk también agradeció y solo le rompió el corazón.

Uno que se intensificó cuando Shanks lo llamó mejor amigo, pero el punto de ruptura fue cuando Shanks le pidió que tuvieran una relación abierta, una en la que Mihawk pudiera continuar escribiendo sus cartas y dedicarle canciones mientras podían estar en las camas de otras personas y Mihawk siendo un estúpido enamorado no dudó en aceptar, claramente no se metía con nadie, aun así, no soportaba ver a su chico pelirrojo con mordiscos en el cuello, besos de lápiz labial en la camisa.

Si las lágrimas quisieron ganar en ese momento las contuvo, al menos eso fue hasta ese momento y donde realmente todo terminó y pudo controlar todos sus sentimientos fue cuando encontró a ese hombre que siempre juró amar con otro. no sólo en la cama que a veces compartían palabras sobre cómo había ido su día sino también dónde empezó todo y dónde terminaría todo.

Si Mihawk hizo todo por amor, Shanks también lo hizo pero no por él, nunca por él. Si no fuera por ese chico de cabello turquesa y ojos del mismo color. Le dolía saber que él no era el hombre por quien Shanks daría su tiempo y dedicación, sin embargo, Mihawk entendía, podía entender que Shanks nunca sintió lo mismo.

Ese día no sólo lloró, sino que también arrancó las rosas que se había matado cuidando para regalárselas a Akagami, rompió cada carta que escribió, cada carta que recibió y como cereza del pastel, esa canción que pensó en un momento fue como si mirara a Akagami, la odio. La odio con todo su corazón y no dudo en romper el tocadiscos.

Cada foto que tenía con Akagami fue destruida, su corazón solo quedó impreso y su mente solo pudo recordar todos los momentos en los que se humilló por un poco de amor. Amor que nunca fue correspondido y nunca lo será.

Como última forma de deshacerse del peso que lo carcomía, tomó nuevamente otra hoja de papel, una que era de un blanco puro pero que con el toque de las yemas de sus manos se volvió roja.

Esta sería la última carta que escribiría Mihawk antes de cerrar el libro que no debería haber tocado, un libro que prometía un dulce y eterno romance sin ser el protagonista.

“No puedo soportarlo más, simplemente estoy cansado de ser el que tiene los sentimientos mientras tú no. Aún así quiero que tengas en cuenta que esta es la última carta que te escribo de corazón, la última que te hará comprender cuánto te ame y cuánto te odiaré en el futuro.

Pero sabes, ni siquiera eso podré hacer, aun así el dolor que tengo ahora mismo no sanará de la noche a la mañana, sin embargo, espero que seas feliz y ya no estés sujeto a corresponder todo lo que te di.

Si en algún momento te vi como mi todo, hoy me arrepiento, hoy me arrepiento de haberme enamorado de tu sonrisa, tu humor, tu hermoso cabello rojo y sobre todo, tu forma de ser tan relajada y distraída.

Si ayer te prometí amor eterno, hoy lo rompo para que puedas ser feliz con esa persona, hoy lo dejo todo para dar paso a tu felicidad y olvidar todo lo que una vez te di y no supiste valorar

Espero que esa persona te escriba cartas como lo hice yo, espero que te dedique canciones que te gusten y sobre todo, que te entregue su corazón como yo te di el mío.

Espero que sepas valorar a esa persona a la que le dedicas tu tiempo y atención porque no es lindo tener el corazón roto, un corazón que llora y una mente que recuerda lo mucho que te estoy amando y como un completo idiota que soy me fui a humillar para tener lo que siempre tuve, nada. Ni una sola mirada, ni una sonrisa ni un te amo de verdad.

Se feliz Akagami no Shanks, se feliz con todos tus amantes y con el chico de cabello turquesa, vive tu vida libre de todo lo que te di y no supiste corresponder porque no era tu obligación pero me hubiera gustado tu honestidad y decirme en la cara que no sentías lo mismo.

Pero no importa si hoy lloro, al fin y al cabo todo pasa y todo sana, si alguna vez te pedí que fueras eterna, hoy te pido que seas feliz con tu estilo de vida.

Alégrate porque ya no cargarás con mis sentimientos, hoy me voy para no volver y decirte: te amo, te amo tanto que duele y espero algún día dejar de amarte”.

La carta fue escrita, quedó sobre la mesa junto con todo el desorden y al final Mihawk se liberó de todo lo que lo ataba a Shanks.

Ya no podía vivir en el pasado y simplemente comenzar un nuevo presente, lejos de Shanks, lejos de todo lo que lo unía al tonto pelirrojo que aún amaba y dejaría de amar en un futuro.