III

61 8 12
                                    

Fue incorrecto...
\\\\\\\||||////////
××××××××××××××
°°°°==°°°°

Luego de aquella conversación, ambos chicos se dirigieron a la cama.

-Patito~ -llamo seductoramente el español a el otro mientras caminaba hacia el-

-...no Luzu...- -dijo disgustado retrocediendo- -No pienso ceder ante "eso"...-

-¿Quieres terminar muerto?-

No hubo respuesta, en cambio, un silencio incómodo se presentó.

-Vamos patito~ -se acercaba más a este, dejando su cara a escasos centímetros de distancia con la boca ajena- -Nos vamos a divertir, hace mucho que no lo hacemos~

-¡Quítate de encima! ¡Si quieres sexo vete con tu esposa o con una de tus putas!- -aparto bruscamente a el otro, tomo el jarron dónde estaban las flores que Missa le habia dado y se lo aventó-

-¿¡QUE CREES QUE HACES!?-

-¿¡Que crees que haces tu!?-

Una discusión se presentó en la habitación, golpes, insultos, llanto y gritos era lo que se escuchaba, la ventaja la tenia el español, hacia retroceder varios pasos a el otro, lo golpeaba fuertemente dejando le moretones, rasguños y un poco de sangre. Pero el mexicano tampoco se había quedado atrás, le había sacado sangre y dejado uno que otro moreton en la piel de el otro.

-Bastardo- -susurro Luzu, quien dió por terminado la pelea dirigiéndose a la salida de la casa.

El otro, adolorido, se dirigió hacia el baño, se encargó de hacer que la sangre que escurría de su nariz se detuviera y limpiar algunas heridas.

Luego de un rato de atender las heridas de todo en su cuerpo, se dirigió a su cama, conciliando el sueño.

m}•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°{s

En la madrugada siguiente, en la casa de los mercenarios, el chico protagonista ya se habia levantado, tenía que madrugar para cumplir con su siguiente trabajo.

Agarro su traje de siempre y una mochila negra, sus pistolas y un cuchillo, tenía que terminar un trabajo que había dejado pendiente.

F}≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈{s

El fin de semana no se haría esperar más.

La "familia" se encontraba desayunando tranquilamente en el gran comedor.

Felipe se encontraba sentado en la barra de la cosina a diferencia de los demás, quienes estaban comiendo plácidamente sobre la mesa, revisaba su celular sin tanto interés.

A la habitación llegó el azabache protagonista, saludando y dando los buenos días a todos, se sentó en una de las sillas del comedor dejando su celular en la barra.

-¡Amber, Silvia! ¡Tenemos que ir de compras, la fiesta es en la noche y no tengo nada que ponerme!- -empezaba a desesperarse-

-Mafer, ni siquiera conoces a nadie hay, no es tu fiesta- -hablo el protagonista a su ex-pareja-

-¿Y?, mi fiesta o no, quiero destacar, aparte, si quiero impresionar a el "blanco" tengo que lucir bien-

Missa dió un suspiro a el aire seguido de una leve risa.

-Bueno, vallan, Pero vuelvan antes de que la fiesta empiece-

-¡Bien!-

Todos empezaron a hablar, Mafer, Silvia y Amber terminaron de comer y se retiraron dando las gracias no sin antes pedirle un poco de dinero a los chicos.

Un mercenarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora