Capitulo 204

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Dion seguía vagando por el abismo.
Se desgarró todo el cuerpo hasta el punto de que no quedó ningún fragmento de un enjambre de mariposas rojas, murió, volvió a sobrevivir y repitió lo mismo en innumerables ocasiones.

Siempre estuvo Roxana al principio y al final.

Deon miró a las quince chicas llorando frente a él sin ninguna duda, y extendió la mano por fuerza mayor.

Hasta ahora, Roxana nunca se había tocado las yemas de los dedos.

Pero sorprendentemente.......

Esta vez, su mano tocó las lágrimas de la chica que encontró.

El calor de las yemas de sus dedos se calentó a su fría y baja temperatura corporal.

En ese momento, su niña llorando se transformó en una mujer joven.

Su también adulto Dion la miró en silencio.

De repente, estaba acostado en una habitación familiar, aparentemente desconocida.

Salang.

La cortina que colgaba de la ventana se sacudió.

Dion bajó y levantó lentamente los párpados.

Un débil rayo de luz se filtró en la débil visión.

Por alguna razón, no podía levantar el dedo, pero no le importaba porque ni siquiera quería moverse.

Fue un sentido muy real, pero si lo hace, esto también será una extensión de su sueño.

De lo contrario, no podría haber estado Roxana frente a ella.

—Es imprudente

Como era de esperar, Roxana, mirándolo con los mismos ojos fríos de siempre, se quitó los labios y escupió una voz fría.

—Quieres morir así

Aun así, quedó claro que este es un nuevo tipo de sueño.

Es una escena del futuro, no del pasado.

Como adiviné por las palabras que fluyeron en mis oídos, estaba claro que el punto actual fue después de haber sido tragado por la mariposa venenosa de Roxana en esa llanura al atardecer.

Entonces, ¿es este el cielo?

No... ... .

No puede ser.

No había forma de que pudiera ir a un lugar como el cielo porque murió.

No sé si prefiero caer en el infierno y caer en un pantano psicodélico que nunca termina.

—No lo he permitido todavía, ¿a quién vas a morir a voluntad?

Entonces esto fue una verdadera ilusión.

Tanto las voces enredadas en los oídos como los rostros en el campo de visión eran tan vívidos como reales.

Entonces Dion soltó una risa superficial sin saberlo.

Roxana, que estaba sentada junto a su cama, lo miró en silencio.

Cabello dorado que se rompe al sol.

Serenos ojos rojos.

Un ligero aroma que envuelve la punta de la nariz.

Incluso el viento tibio procedente de la ventana abierta.

Como si fuera un sueño o una alucinación, era un paisaje terriblemente cálido y apacible.

Sin embargo, contrariamente a la opinión de Dion, esto no fue un sueño.

Como proteger al hermano mayor de la protagonista #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora