Capítulo 2

6 2 0
                                    

Ivette niega con su cabeza suavemente de manera que solo pueda verlo yo cuando la miro con duda.

- ¿hay algún problema?- contestó, tartamudeando

- Claro que no, solo deseaba saber su nombre, de ser posible.

- ¿Mí nombre? Larissa - contesto con miedo como si fuese un interrogatorio y me siento estúpida por mi respuesta al ver su mirada divertida.

- Es un hermoso nombre, de origen griego, ¿pero cuál es el tuyo? - pregunta, lo que me deja confundida

- Eh.. Larissa... - contesto nerviosa mientras agarro la servilleta de tela que se encuentra sobre la mesa para disminuir los nervios, lo cual le saca una carcajada.

- No, Larissa- escuchar mi nombre salír de su boca hace que mi cuerpo se erize- ¿de donde provienes?

- De Argentina, pero ahora vivo aquí.- contesté sincerandome

- Lo puedo notar, soy Salvatore Ivankov, encantado- contesta estirando su mano a lo cual la correspondo y la besa, lo cual provoca que me sonroje

- ¿Deseas venir conmigo? Te invito un trago

- No, gracias, estoy bien, ahora estoy con mi amiga- contesto con una sonrisa hasta que aparece la misma chica del reservado la cual me mira con disgusto y provoca celos sin sentido en mí.

- Insisto, la pasaremos bien, sólo si tú lo deseas.- contesta ignorando a la mujer a su lado la cual me dirige miradas asesinas

- No, gracias, dije - contesto molesta, no soy una mujerzuela para ir de hombre en hombre y por más que este este más bueno que el pan no sería la excepción- no soy como las mujeres que te rodean- contesto mirando a la chica a los ojos y luego a él

- ¿Y que tipo de mujeres me rodean?- inquiere con curiosidad

- De las que son para una noche, que están con muchos hombres como usted, que no tienen respeto por si mismas, señor Ivankov, y yo, no soy un juguete, yo tengo dignidad, con la misma que me retiro- inquiero soltando con rabia la servilleta y mirando a Ivette que se para al ver mi actitud.

Sólo pude escuchar la risa de su acompañante y una mirada sobre mí. Una frase salió de su boca pero deseo pensar que fue mi imaginación la que inventó eso, lo que hizo que me asustase aún más cuando jamás le dije mi apellido

- Sé que caerás ante mí, Bellerose.

Salimos para buscar un taxi, apenas subí sentí mis piernas como fideos, no sé de dónde saqué tanta actitud pero se sintió bien.

- ¿De dónde sacaste ese carácter?-contesta asombrada y aplaudiendo levemente lo que me saca una risa- de igual manera, debes tener mucho cuidado Larissa, ese hombre no es como para jugar.

- Algo reacciono en mi, pero lo tendré en cuenta para la próxima.

No cuestiona mi respuesta pero puedo notar que tiene muchas dudas, dudas las cuales no podré responder porque nisiquiera entiendo cómo reaccioné de esa manera.

Llegamos al hotel después de una larga noche.

- Nos vemos mañana, descansa Larissa

- Tú igual, cuidate.- contesté con una sonrisa amable

Subí por el ascensor hacia mi cuarto con cansancio, sentía que caería dormida en el pasillo.

Me quite la ropa y coloqué mi pijama para luego acostarme pero mis pensamientos estaban inundados por la cara de ese hombre.

Podía ser apuesto pero me negaba a ser una más, pero recordar como me miraba hace que no pueda descansar, era único, parecia un dios griego, tan solo mirarlo hacia que mis piernas tiemblen.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 27 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Aroma ItalianoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora