En el Bosque de la Estrella Silente, el suave resplandor de la estrella iluminaba un claro solitario, bañando el suelo en un brillo plateado. A traves del silencio del bosque, solo se escuchaba el susurro de las hojas y el eco distante de la vida nocturna. En medio de este entorno encantado, Naia, una joven de Solara, yacia recostada sobre el suelo cubierto de hojas, su rostro reflejando una mezcla de melancolia y reflexion.
Naia habia pasado años tratando de encontrar su lugar en el mundo que habia cambiado drasticamente. Diez años atras, la paz entre los reinos de Nocturna y Solara habia sido alterada cuando los vampiros de Nocturna emergieron del olvido y comenzaron a integrarse en la vida cotidiana de los humanos. La repentina aparacion de los vampiros habia llevado a la necesidad de compartir el mismo mundo, y, con el tiempo, a compartir escuelas, trabajos y espacios comunes.
Naia habia sido una de las primeras estudiantes de Solara en aceptar a los nuevos compañeros de Nocturna en la escuela de su reino. Recuerda el desconcierto y la tension que se habia sentido en aquellos primeros dias. La presencia de los vampiros, con su aura de misterio y sus ojos brillantes, era un constante recordatorio de la fractura que aun existia entre ambos reinos.
~¿Como ha sido todo para ti, Naia?~ pregunto una voz suave que interrumpio sus pensamientos. Era Aric, un joven de Nocturna con cabello oscuro y una mirada que revelaba mas de lo que las palabras podian expresar.
Naia giro la cabeza para mirarlo. Aric habia sido uno de los primeros vampiros en asistir a su escuela, y aunque habia empezado con una actitud reservada, con el tiempo habia demostrado ser una persona honorable y respetuosa.
~No ha sido facil, Aric~ admitio Naia~ Aceptar a los vampiros en nuestra vida cotidiana fue un desafio. Pero ahora, despues de todos Estes años, ¿no crees que hemos encontrado una forma de coexistir?
Aric se sento a su lado, mirando las estrellas que parpadeaban a traves del dosel del bosque.
~Si, creo que si ~dijo~ La coexistencia no siempre es perfecta, pero hemos aprendido a valorar las diferencias y a trabajar juntos. Los tiempo dificiles nos han enseñado a ver mas alla de las apariencias y a encontrar la humanidad en los que considerabamos diferentes.
Naia sonrio, sintiendo una extraña mezcla de alivio y esperanza. A pesar de las dificultades y el pasado doloroso, el presente ofrecia una oportunidad para construir puentes y forjar nuevas conexiones.
~El bosque y la estrella nos recuerdan que incluso en la oscuridad, hay luz~ dijo Naia, mirando la estrella que iluminaba el claro~ Quizas lo que realmente necesitamos es seguir adelante con valentia y mantener la esperanza.
Aric asintio, y en silencio del bosque, ambos se sentaron juntos, compartiendo un momento de paz en un mundo que seguia adaptandose a una nueva realidad.
Finalmente, Naia se levanto, sabiendo que era hora de regresar a casa. Despidio a Aric con un abrazo y se dirigio por el sendero que la llevaria de vuelta a su hogar en el reino de Solara. La noche estaba tranquila, pero Naia sabia que el regreso traeria consigo un nuevo desafio.
Al llegar a su casa, fue recibida, por el estruendoso silencio de la entrada. La madre de Naia, preocupada por la ausencia prolongada de su hija, estaba de pie en el vestibulo, su expresion reflejando una mezcla de alivio y frustracion.
~¡Naila!~ exclamo su madre~ ¿Donde has estado? ¡Siempre te encuentras vagando por ese bosque!
Antes de que Naia pudiera responder, su madre, abrumada por la preocupacion, le dio una bufetada en la mejilla. El golpe, aunque no demasiado fuerte, fue suficiente para hacerle recordar las reglas y las preocupaciones de su hogar.
~No puedes seguir desapareciendo asi!~ dijo su madre con voz temblorosa~ No sabes lo que me haces pasar cada vez que no regresas a tiempo.
Naia, con el rostro rojo por la bofetada y el corazon pesado, se dirigio hacia su habitacion sin decir una palabra. Sabia que su madre solo actuaba por amor y preocupacion, pero en ese momento, la tension entre el mundo exterior y el refugio seguro de su hogar se sentia mas grande que nunca.
Mientras se tumbaba en su cama, Naia miro por la ventana, hacia el bosque iluminado por la Estrella Silente. A pesar del conflicto entre el amor y el deber, el bosque seguia siendo un recordatorio de que la paz y la esperanza estaban siempre al alcance, incluso en medio de las pruebas mas duras.
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Sangre Real y la Estrella Elegida
FantasyPrólogo Siempre me ha asustado la realidad, ver lo que a estado ahi afuera toda mi vida. Ser una estudiante que llama la atencion, tampoco es que me agrade. El saber que estamos viviendo en un mundo totalmente distinto a hace una decada atras, tampo...