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Daniela se apresuró en secarse y vestirse para estar lista a tiempo. Quería asegurarse de que su equipo estuviera en perfectas condiciones para las fotos del entrenamiento. Mientras se preparaba, sus pensamientos volvían una y otra vez a la conversación que había tenido con Enzo en el micro.

«No puedo dejar que esto me afecte»

Se dijo a sí misma. Tenía un trabajo que hacer y no podía permitirse distracciones. Sin embargo, sabía que necesitaba disculparse con Enzo para poder trabajar en paz durante el resto del torneo.

Bajó al campo de entrenamiento con su cámara, preparándose para captar cada momento importante. Los jugadores ya estaban empezando a calentar y a estirar. El ambiente estaba lleno de expectativa y energía.

Enzo estaba entre los últimos en llegar al campo. Había hablado con el DT sobre sus preocupaciones, y Scaloni le había dado algunos consejos útiles sobre cómo manejar la presión y lo tranquilizó un poco.
Pero la conversación con Julián seguía rondando en su cabeza. Necesitaba hablar las cosas con su pareja y solucionarlo, eran familia, no se podía ir todo a la mierda ahora.

¿No?

Mientras calentaban, Daniela aprovechó un momento en que Enzo estaba solo para acercarse. Respiró hondo, tomó coraje y se dirigió hacia él.

—Enzo, ¿podemos hablar un momento? —dijo, intentando sonar lo más tranquila posible.

Él la miró con una mezcla de sorpresa y cautela.

—Sí, sí, decime.

—Quería disculparme por lo que pasó en el micro y en el avión. Fue cero profesional de mi parte y... bueno, nada, sé que estuve mal y vine a pedir perdón..

Enzo la observó por un momento antes de responder.

—Está bien. Supongo que los dos tuvimos un mal día. Hagamos borrón y cuenta nueva, ¿te parece?

Daniela asintió, aliviada.

—Sí, me parece bien. Gracias, Enzo.

—No hay problema —respondió sonriente  él, antes de volver a concentrarse en su calentamiento.

La fotógrafa se alejó, sintiéndose un poco más ligera. Ahora podía concentrarse completamente en su trabajo sin la sombra de la disputa colgando sobre ella. Ya hasta se había olvidado de por qué pelearon.

Durante el entrenamiento, capturó momentos intensos y llenos de espíritu: Messi dando instrucciones, De Paul y Paredes bromeando, y Enzo trabajando con determinación. La luz de la mañana y el cielo despejado en Qatar proporcionaba un fondo espectacular para las fotos, y Daniela sabía que tenía material increíble para sus editores.

Mientras los chicos terminaban su entrenamiento, ella se sentó en las gradas para revisar y editar las imágenes en su laptop, notó una foto de Enzo en particular. Estaba corriendo con una expresión de pura concentración y determinación.
A pesar de sus diferencias, no podía negar que era un jugador impresionante, además en esa foto en particular, salió muy...

«Partible.» pensó mientras le aumentaba el contraste, logrando que los músculos en su abdomen, ya de por sí marcados por la humedad de la camiseta que tenía pegada al torso, se vieran más definidos.

Sacudió la cabeza, alejando ese pensamiento de su mente.

«¿Apenas te reconcilias con el chabón y ya le tenés ganas? Mamita, qué necesitada andamos eh...»

Terminó de editar y envió las fotos a su jefe.

Decidió tomar un poco de aire fresco antes de volver a su habitación. De los chicos ya se había retirado la mayoría, y mientras caminaba por los terrenos de aquel predio, se encontró con Julián Álvarez.

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⏰ Última actualización: Aug 01 ⏰

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CONTRASTE || Enzo FernandezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora