Tzuyu, una persona que siempre ha sido dulce, por dentro como por fuera.
Y Sana, una persona que se le podría llamar "amargada".
'Oh, mi bebé, dulce como el chicle'
♥︎Palabras por capitulo: 200-1000 o más
♥︎Sana x Tzuyu
♥︎Relación girlxgirl
♥︎Menci...
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En el camino a su casa, Sana pensaba en que mal hubiera hecho para que tuviera que darle asesorías a la persona que odiaba, no estaba en su mente la respuesta. Lanzaba insultos bajos hacia la nada, que sonaban más como un susurro.
Pasaron al cabo de quince minutos para que pudiera llegar a dónde vivía; era un pequeño vecindario, no habían más de ocho o nueve casas. Ella vivía en la número tres.
Era una casa pequeña, contaba con dos habitaciones, un baño, la cocina y la sala; las cuales estaban juntas, estando la sala a casi medio metro de la cocina. Las paredes eran de un color crema, a excepción de su habitación que era de un color lila. Era muy acogedora, la mayoría de decoraciones que había eran cosas que su madre escogió, y unas pocas escogidas por Sana.
Al llegar directamente fue a su habitación, ignorando el saludo de su madre.
—¿Qué tal te- —Vió como Sana caminaba rápido hacia su habitación, iba tan rápido que no alcanzó ni a verle el polvo.
Se veía enfadada, pero su curiosidad la llevó a estar ahora frente a su puerta, con el puño levantado, hasta que tocó.
—¿Sana, estás bien?
Escuchó decir a su madre a través de la puerta, alzó su cabeza, la cual estaba enterrada en su almohada con una imágen de Totoro.
—Sí, estoy bien—Su voz sonó forzada, sin pasar desapercibida por su madre.
—¿Puedo entrar?
¿Y cómo iba decirle que no a su madre?
—Esta bien mamá.—Tan solo como dijo lo último Jiu entró.
—¿Pasó algo en la escuela? Veo que estás enfadada.—Dijo intentando que hablara con ella, porque era alguien cerrada.
—No pasa nada mamá.
—Ajá, estoy segura que hay algo que te está molestando.—Deseaba que por una vez Sana hablara con ella, porque quería ayudarla de verdad.
—Bueno, tengo que darle asesorías de química a una chica de mi clase.—Jiu no esperaba que dijera algo como eso, por su cabeza pasaban miles de ideas sobre que enfadaba a su hija, pero no creyó que fuese por eso, cuando estaba a punto de hablar, Sana siguió con lo que decía. —Pero no me cae nada bien... Se llama Tzuyu.
Por primera vez en su vida, Sana había hablado con su madre de algo que ella consideraba un poco personal.
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Se acabó el capítulo de hoy.
Espero les haya gustado.
¡Nos leemos en otro capítulo!
(Por si no conocían a Jiu, aquí una foto de ella).
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