Yuuji Itadori está enamorado de su amiga Nobara Kugisaki, ella aún no se entera de lo sentimientos que el joven Itadori siente por ella. El revela sus sentimientos por ella y ella lo rechaza, Yuuji no se rinde y aún así pide treinta días para enamor...
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Los campos de flores. Lugares favoritos de la castaña, siempre a dicho que cuando ella se vaya de este mundo desearía morir en un campo de flores, al no importarle con quién muriera a ella solo le importaba en qué lugar moriría.
"Moriré de la forma estúpida posible pero siempre viéndome bien".
Una frase que la castaña a repetido siempre y por decir eso recibe un regaño del pelirosado.
Yuuji teme a la muerte. A repetido miles de veces que no le importaría como moriría pero es lo que las teme. Sukuna lo sabe. Choso lo sabe. Kugisaki lo sabe. El teme a ver morir a los que ama. Perderlos es la peor tortura.
Yuuji a soñado con verlos morir y es lo peor. Ver morir a los que amas frente tuyo mientras no te puedes mover o atacar. Es la peor pesadilla que se le puede desear a alguien con el corazón sensible y frágil como el joven Itadori.
El sabe que sus hermanos son diferentes a el.
Sukuna tienes problemas con diferentes gente y a tenido problemas con la policía. Choso al contrario es más responsable pero se la pasa estudiando en la universidad.
Yuuji, el es solo un adolescente con miedo a perder a la gente.
Yuuji quiere llevar a Kugisaki a un campo de rosas.
Kugisaki tiene miedo de ir al campo sola.
Yuuji amaba a la castaña, amaba su compañía, su alegría, su voz, su rostro, su cabello, esos iris castaños, sus labios rosados. El amaba todo de ella. La amaba a ella. A ella y sus sentimientos.
Yuuji quería ser mejor. Quería ser bueno, Increíble, inteligente, como Choso o musculoso, valiente y fuerte como Sukuna. El se sentía débil, inservible y malo, se sentía tonto, cobarde, frágil.
Kugisaki lo amaba tal y como era, Amaba todo de el. Ella siempre hacia que el entendiera que era perfecto, arreglaba su corazón débil, roto, frágil.
Los dos se protegían, uno al otro, eran dos, juntos eran inseparables. Amaban la compañía del otro, amaban estar juntos y ellos lo sabían. Por más triste que Yuuji se sintiera, Kugisaki lo hacía feliz. Por más enojada que Kugisaki estuviera, Yuuji la hacia sonreír.
Eran tal para cual y ellos lo sabían. Yuuji tenía miedo de confesarse. Kugisaki encerraba los sentimientos en una jaula, una jaula a la que el corazón amoroso y cálido del pelirosado intentaba entrar lentamente y con confianza. Amaban estar juntos, se amaban los dos. No querían que los separaran. No querían alejarse, necesitaban la compañía del otro. Necesitaban estar juntos.
Kugisaki esperaba a Yuuji en el parque, era un día hermoso y el clima estaba perfecto, pero había un problema, la castaña estaba molesta por la tardanza del pelirosado, ella lo había esperado por horas y este aún no llegaba.
Una cabellera rosada se empezaba a ver a la distancia, eso hizo que el corazón de la chica se acelerará tanto que su corazón amenazaba por dejar su cuerpo.
