Capitulo V

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-"¿P-por qué s-siempre tienes que s-ser tan m-malo conmigo...?"

El menor preguntó. Aquella pregunta era tan sencilla, pero a la vez tan compleja.

-"Porque quiero, puedo y se me da la puta gana, idiota. Ademas, Es divertido verte sufrir."

El pequeño niño de tan solo seis años nunca olvidaria eso...

-"Oh querido hermano, es tan divertido verte sufrir. Es tan divertido escuchar como lloras y ruegas por mi perdón y para que despierte... ¿Sabes algo? Creo que una pequeña visita no hara nada malo, ¿no crees?"

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Mientras el adolescente estaba profundamente dormido, empezó a soñar con algo... O mejor dicho, alguien. Ahí estaba. Evan. Estaban en un lugar totalmente oscuro. Evan tenia sus ojos negros con uno de sus ojos verde y el otro azul.

Con muchas vendas en la cabeza, manchadas de sangre y sin decir nada. Michael al instante intentó abrazarlo, pero esto hizo que el niño se alejara, rechazando el abrazo.

-"¿No diras nada? ¿Ni una disculpa? Veo que has cambiado bastante. Pero en el fondo, se que sigues siendo el mismo idiota que siempre."

Habló el menor con una sonrisa sadica en su rostro.

-"Y-yo.. L-"

Antes de que Michael pudiera soltar una sola palabra, Evan habló.

-"Si, si. Se lo que vas a decir. Una disculpa supuestamente sincera y blah, blah, blah. No hace falta que hables. Puedo ver como la curiosidad, el miedo y la culpa inundan tu alma."

Dijo el menor en tono burlón. Algo que claramente le dolió a Michael.

-"P-pero..."

Intentó hablar el mayor. Pero Evan se le adelantó nuevamente.

-"No necesito tus tontas excusas. Lo hecho hecho esta. Estoy en el hospital muriendome por tu culpa."

Fue lo último que Michael escuchó antes de despertar de golpe. Empapado por la lluvia. Por un momento habia olvidado que se quedo a dormir en la calle. Para su buena suerte, no llevaba nada valioso encima. Desmotivado pero pensativo, decidió irse al lugar que alguna vez fue su cálido hogar. En esos momentos, necesitaba de un lugar donde refugiarse para no terminar resfriado.

Cuando llegó, fue directo al baño. Suspiró. Su mente estaba en blanco. Abrió el grifo de la ducha y se miró al espejo antes de quitarse su ropa, ahora empapada por la lluvia y entrar en la ducha. Pudo sentir como la tensión acumulada abandonaba su cuerpo. Se sintió ligeramente más relajado después de eso.

Después de ducharse, fue a ponerse ropa comoda y abrigada. Su mente ahora estaba mas tranquila. Entró a la que era su habitación, queriendo buscar algo. Pero en su camino topandose con una navaja de bolsillo que habia comprado hacia un tiempo para supuestamente impresionar a los que eran sus "amigos".

Una tentación pasó por su mente. Pero decidió simplemente irse. Sin siquiera recordar a lo que habia ido en un principio. Se sentía abrumado nuevamente. Pero tenía algo seguro, no pensaba cortarse... O al menos no por el momento. Sabía que lo último que necesitaba en esos momentos eran heridas físicas.

"Una mentirita blanca"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora