PARTE ÚNICA.

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⚠️ Precaución, está historia contiene demasiados desniveles de amor.

Canción inspirada en este One-shot:

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"El amor es un secreto, que los ojos no saben guardar"

— Amor 1.




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Bajo la luna estaba su cuerpo contemplando la esbelta figura de quien amo con tanta intensidad, en ese momento Vanitas recordó que tuvo un amor, un amor llamado Noé, uno el cual sus caminos se vieron abruptamente separados por sus padres.

Aún recuerda la noche en donde lo conoció, en ese tonto baile de máscaras cuyo accidente iba agradecer toda su vida, fue muy torpe puesto que llevaba en la mano 2 copas de vino tinto y ni cuenta se había dado que estaban tan llenas qué al doblar la esquina por el pasillo, tropezó con un hombre de tez morena y albino a la vez, una mezcla de razas extrañas pero que le parecía jodidamente atractiva con el reflejo de las luces.

— ¡Lo siento!, no pude verte.— El pelinegro noto la suciedad obvia en la ropa del albino, ¿Cómo se le ocurría llevar un traje blanco considerando la cantidad de tontos como él que pudieran derramar gran cantidad de vino?

— Descuida, no pasa nada, solo es una mancha.— Sonrió, noto como la mirada del más bajo se pegaba a la suya de manera magnética, era brillante y estaba seguro que le causaba escalofríos.

Hace años no veía un azul tan fuerte en los ojos de un ser humano, ¿este chico realmente era un humano?, porque sin duda, no era de este mundo. Al menos eso pensaba por la belleza que radiaba, era como estar viendo las estrellas más grandes del universo.

— Maldición, mirá como te deje, que tonto.— Sacó su pañuelo del bolsillo izquierdo de su traje tomando su mano dando leves toques en el guante blanco arruinado por el vino.— Enserio, no sabes cuanto lo lamento.— Sintió la penetrante mirada violeta sobre él, levantó la vista con un poco de vergüenza, perdiendose nuevamente en esos ojos, era un descarado de primera y el un tonto por seguirle el juego.— Yo..

— Deja de disculparte, enserio, el blanco no es mi color.— La cercanía no le incomodaba a ninguno de los dos, al contrario, le parecía interesante puesto que en sus 23 años de vida jamás se había acercado tanto a un chico como lo hizo con él.— Me llamó Noé, de hecho.

— Vanitas, mi nombre es Vanitas...— El aroma a canela qué desprendia el chico era hipnotizante y no por el hecho de que fuera un alfa, si no porque sentía como algo entre sus adentros le llamaba, como un click que por tantos años había estado buscando.

Se habían olvidado que estaban en una fiesta, era lo que menos les importaba en ese momento, sin olvidar las mascaras qué llevaban consigo, la del albino tenía toques dorados y la del ojiazul era violeta. El omega acomplejado de Vanitas rogaba por ser atendido por el peliblanco, pero no era correcto, lo sabía, menos sabiendo que estaba a días de su pronto celo, no podía cometer algún error que le resultará caro, pero el alfa no ayudaba en nada intentando marcar territorio que no era suyo.

No quiero mirar nada más ahora que te vi a ti.
No quiero pensar en nada más ahora que pensé en ti.

En un golpe de realidad, se alejó soltando su mano para intentar calmar sus propias feromonas, parpadeo varias veces tragando saliva mientras se sacudida la ropa de forma que pudiera quitarse ese calor que crecía en él.

𝘿𝘼𝙔𝙇𝙄𝙂𝙃𝙏 (日光) || 𝑽𝒂𝒏𝒐𝒆. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora