Capítulo 2

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El pelinaranja seguía sumergido en el cálido y cómodo baño, suspirando de vez en cuando por la ahora calma después de la tormenta. Su cuerpo se sentía más tranquilo y repuesto tras tantas batallas y el máximo sacrificio por salvar a todos.

Su posición actual era algo a considerar, no sabía si para bien o para mal, después de todo, dio hasta su última gota de energía vital para derrotar a Yhwach, y no murió en realidad, para sus amigos si lo había hecho, pero en esencia seguía siendo él.

Todavía podía recordar como es que todo condujo a este resultado, a como llegó a este mundo en realidad.

~Flashback~

—Ichigo Kurosaki...— Una voz lo estaba llamando en ese mismo instante.

Ichigo, aún frente a Yhwach teniendo su espada sujetada con ambas manos levanta la cabeza abruptamente con sopresa y alerta. Una voz desconocida habló desde su consciencia, no era Zangetsu, ¿Entonces quien?

En ese momento el panorama para Ichigo se hizo oscuro y solitario. Yhwach ni ninguna otra cosa estaba presente, solo estaba él, sólo y sin nada más que su mera presencia.

—¿Que demonios está pasando? ¿En donde...?— Murmuraba, mirando a todos lados con la creencia de que se trataba de un nuevo truco de Yhwach.

Sin embargo no era así, alguien más estaba detrás de eso.

Frente a sus ojos, un brillo blanquecino puro se presenta, obligándolo a cubrir sus ojos con su mano libre. Para cuando el destello cesó, el joven regresa la vista al frente, solo para encararse con alguien que no planeaba ver, ni mucho menos esperaba volver a presenciar.

—Ya estás aquí, joven híbrido— El verdadero Rey del Alma habló, acercándose lentamente a Ichigo para quedar cara a cara. -Siento marcar tu destino-

—No creí verte después de lo que pasó en el palacio con Yhwach...— Él confesó con extrañeza y dudas, hasta que una de las palabras del rey lo hacen caer en cuenta. —Espera un momento, ¿A que te refieres con marcar mi destino? ¿De qué me estás hablando?—

—En este momento, el único ser sobre la existencia de los tres mundos que puede hacerle frente a Yhwach y derrotarlo eres tú, muchacho, y ahora está en ti acabar con esto.— Contestó de manera solemne la divinidad, mirando fijamente al chico pelinaranja.

—Aunque reuna todo mi poder actual no sería suficiente, ya no tengo la fuerza necesaria para acabarlo, solo sería gastar lo poco que tengo inútilmente.— Ichigo baja la cabeza, frustrado y con deseos de vencerlo, pero sabe su condición actual y lo que eso conlleva en la batalla.

En ese momento, la mano del rey del alma se posa sobre el hombro del joven pelinaranja, haciendo que este levante la cabeza para mirarlo a los ojos. La voz de la divinidad toma un tono menos profundo y serio, a uno más compasivo y sereno.

—Tan solo eres un niño, uno que a tan corta edad ha logrado lo que muchos han tardado en hacer durante siglos, has llegado a un nivel equiparable al mío, tanto que pudiste superarme. Eres una persona a temer.—

Las palabras de aliento provenientes de la divinidad chocan con Ichigo, el cual ensancha un poco sus ojos con sorpresa, para después entrecerrarlos de manera frustrada.

—Aunque todo eso que dices sea verdad, ya no tengo el poder para derrotar a Yhwach...— Bajó la cabeza y la mirada una vez más.

Nuevamente, la voz del rey del alma se hace notar, y mira con más fuerza al futuro héroe de la guerra sangrienta.

—Si ese es el caso, yo te otorgaré lo último que queda de mi poder, con esto podrás derrotarlo de una vez por todas. Sin embargo, esto tendrá un precio...— Él ofreció, pero su mirada y voz se tornan severas y algo frías.

Mato Seihei no BleachDonde viven las historias. Descúbrelo ahora