Bipolar

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Cierro los ojos pensando en que hacer o que decir. Recibiendo sus suaves caricias en mi cabeza, cayendo en cuenta que por primera vez no me está tratando como un pedazo de mierda.

No quiero arruinarlo y que el vuelva a decirme todo tipo de insultos.

Gojo ríe suavemente al notar la expresión que llevo en mi cara.

"Realmente estás tratando de no cabrearme ¿Verdad?" bufa en un susurro "tienes miedo de que empiece a ser malo contigo de nuevo"

Sus palabras me hacer asentir en respuesta, su mano aún sobre mi cabeza, acariciando mis cabellos.

"Entonces será mejor que te comportes bien, perrita. Muéstrame que eres realmente mía y que harás cualquier cosa que te pida"

La mano que se encontraba sobre mi cabello, baja a mi barbilla levantándola suavemente para que lo mire. Al conectar sus ojos con los míos, los cierro con nerviosismo.

"Mírame. Abre los ojos" Demanda haciendo que instantáneamente le haga caso "Quiero ver tu cara cuando me hables"

Me mira fijamente por segundos. Sus ojos paseando por toda mi cara, analizándome.

Su pulgar se mueve sobre mi barbilla, acariciando lenta pero firmemente. Cuando habla en un tono bajo, casi ronroneando.

"Mucho mejor, me gusta tener tus ojos puestos en mi perrita. Me demuestra que tan sumisa eres de verdad"

Yo no muevo ni un solo músculo. Tan solo mirándolo a los ojos.

Ríe fuerte, disfrutando claramente de mi actitud completamente obediente.

"Muy bien... Lo primero que quiero que hagas" Se acerca a centímetros de mi cara aún tomando mi mentón "Es que te levantes y te quites la playera para mi".

Siento mi cuerpo temblar en cuestión de segundos. Jamás pensé que se atreviera a escalar esto tan rápido.

Pero prefiero cualquier cosa antes que la inseguridad que me provocaban sus insultos.

Me paro de mi lugar lentamente, dejándolo de cunclillas en el suelo, ahora mirándome desde abajo con una sonrisa satisfactoria.

Y con manos temblorosas tomo el dobladillo de mi playera y tiro hacia arriba. Retirándola.

El me observa con una mezcla de diversión e interés.

Lentamente se pone de pie, de nuevo intimidándome con su gran altura.

"Mmm... buena chica. Estás siendo tan obediente. Eso me encanta"

Da un paso hacia a mi, sus ojos vagando descaradamente por mis pechos, relamiendo sus labios.

Las yemas de sus dedos comienzan a trazar líneas imaginarias sobre mis brazos.

"Te ves tan vulnerable así..." susurra "Tan vulnerable y... hermosa"

Miro mi cuerpo para ver si realmente estamos viendo lo mismo.

Yo ya no me siento hermosa, hacía meses que no me veía en un espejo. No me gusta mi yo, mi forma de ser, mucho menos mi físico.

Bullying. Gojo SatoruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora