Entre sueños- Completa✅

Capítulo 38: Impostor

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Cuando llegue a la casa mis sentimientos eran un completo revoltijo, no estaba segura de hacer lo que tenía en mente sin embargo aquí estaba, enfrente del computador, sola, en el apartamento de mi mamá.

Era irónico, últimamente mi mamá acostumbraba a llegar temprano, sin embargo, hoy, según lo que me dijo Abby ella llegaría tarde por una cena que tenía con Ethan y los jefes de él. Como ya era costumbre mi abuelita cuidaba de Vicks y debido a mi renuencia de estar con alguien le dije a mi conductor que me llevara directo al apartamento.

¿En serio haria esto? ¿Qué pondría en esta carta? ¿Era realmente necesario?

Todas esas dudas comenzaron a invadir mi mente, pero en cuanto menos pensé ya tenía las manos sobre el teclado escribiendo todo aquello que nunca pensé que haria, era irónico como todos los recuerdos de cuando éramos pequeños llegaban a mi mente.

Me acuerdo de nosotros riendo, de cada momento que compartimos, y de todo lo que fuimos un día.

Ver cómo nos encontrábamos era la verdadera tortura, cada palabra salía con dos intenciones.

Soltar, debía soltar todo aquello a lo que me aferraba para hacerme ilusiones, la otra intención era Lastimar, era cierto que antes no era capaz de herir a Zian, pero esto era distinto, no quería generar daños en su vida como tal, quería que de alguna manera empezara a ver las cosas desde mi punto de vista.

Que él viera como me lastimaba y como deje que muchos me lastimaran en su nombre.

Inmaduro.

Probablemente lo era, pero no quería continuar sintiéndome tan atada a algo que nunca existió o que solo me genera daño.

Cuando llegue a la mitad de la carta una lagrima rebelde bajo por mi mejilla y caía sobre el teclado del computador, ahí me fijé que no solo estaba soltándolo a él como tal, estaba enterrando mi sueño de todos estos año.

Porque apenas terminé la carta, apenas ese punto final fue colocado, sabía que mi única intención a partir de este momento era entregarla y no saber más de Zian Howell.

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Vale, mi valentía no había durado hasta hoy.

Anoche imprimí dos copias de la carta, una que en teoría le daría a Howell y otra que me quedaría yo, sin embargo, mi impulso temblaba de un hijo, ya no estaba tan segura de dársela.

En el fondo sabes que algo malo va a pasar.

No, o bueno sí, pero necesito un plan, necesito de Amelie.

Justo cuando iba a entrar al salón para dejar mis cosas fui interceptada por ella, el destino me ponía las cosas en bandeja de plata.

—Cleo, te he estado esperando— dijo con emoción que intentaba ocultar el nerviosismo.

—¿Enserio? — me había acostumbrado a no esperar a nadie durante todos estos días en que no habíamos hablado, era extraño volver a tenerla todas las mañanas.

—Siii, luces extrañada, ¿luego no estábamos bien? — un atisbo de inseguridad se deslumbró en su rostro.

Vaya que no era la única.

—No, si estamos bien, es más necesito tu ayuda para decidir.

—Cuéntame Cleo, ¿Qué necesitas?

—Mira Amy— cambié la posición de mi maleta al frente, saqué una de las copias de la carta que hice anoche y se la entregué.