Capitulo 47

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Siguiendo la parte anterior.......

Naruto avanzaba lentamente por el Bosque de las Sombras, sus pasos resonando pesadamente en el suelo cubierto de hojas secas. La ansiedad y el dolor emocional seguían atormentándolo mientras trataba de concentrarse en su misión de restaurar su poder. Cada sombra y cada susurro del bosque parecían cobrar vida, recordándole los fantasmas de su pasado.

Naruto: (reflexionando) Siempre quise ser el mejor, demostrar mi valía. Pero no me di cuenta de cuánto sufrieron ellos también. Liz... padre... ¿por qué tuvo que pasar todo esto?

Las visiones de su hermana Liz, atrapada en la maldición del amor, y de su padre, el Rey Demonio, usando y manipulando a sus hijos, pesaban sobre su mente. Naruto se detuvo y cayó de rodillas, sintiendo cómo la ansiedad lo consumía.

Naruto: (gritando) ¡Estoy cansado de huir! ¡No puedo más!

El bosque parecía responder a su grito, con las sombras retorciéndose y formándose en figuras conocidas. Una sombra en particular comenzó a tomar la forma de Liz.

Sombra de Liz: (con una voz suave) Naruto, no te rindas. Tienes que seguir adelante.

Naruto: (mirando la sombra con lágrimas en los ojos) Liz... lo siento tanto. No pude protegerte.

Sombra de Liz: (acercándose) No es tu culpa. Tienes que ser fuerte, no solo por mí, sino por todos los que te necesitan.

Naruto: (cerrando los ojos y apretando los puños) No puedo... No puedo seguir cargando con este dolor.

Las sombras de Liz se multiplicaron, convirtiéndose en numerosas figuras que lo rodeaban, todas susurrando sus miedos y dudas.

Sombras: (en un coro inquietante) No eres lo suficientemente fuerte. Siempre fallas. No mereces su amor.

Naruto: (gritando desesperado) ¡Basta! ¡Déjenme en paz!

Las sombras no cesaban, y Naruto comenzó a lanzar ataques en todas direcciones, intentando disiparlas. Sus golpes eran frenéticos, llenos de desesperación y furia, pero las sombras parecían infinitas.

Naruto: (con la respiración entrecortada) ¡No puedo más! ¡No puedo seguir así!

En medio del caos, las sombras comenzaron a cambiar de forma, convirtiéndose en figuras familiares: Zeldris y Meliodas. Sus expresiones reflejaban dolor y sufrimiento.

Naruto: (con la voz quebrada) Zeldris... Meliodas... ¿qué están haciendo aquí?

Sombra de Zeldris: (con voz dolorida) Siempre hemos querido ser aceptados por ti, Naruto. Pero nunca pudimos estar a la altura de tus expectativas.

Sombra de Meliodas: (con tristeza) Siempre te seguí, siempre traté de ser fuerte como tú. Pero tu camino solo nos trajo dolor.

Naruto: (temblando) No... Yo solo quería ser fuerte, ser digno de nuestro padre...

Sombra de Zeldris: (acercándose) No te das cuenta de cuánto nos heriste, tratando de ser el mejor, ignorando nuestros propios sufrimientos.

Naruto: (llorando) ¡No sabía! Pensé que estaba haciendo lo correcto...

Sombra de Meliodas: (tocando su hombro) Siempre hemos querido tu aceptación, tu respeto. Pero nunca nos diste la oportunidad de mostrarte que también somos fuertes.

Naruto: (con voz temblorosa) Lo siento... lo siento tanto. No sabía cuánto los estaba lastimando.

La realización golpeó a Naruto con fuerza. Sus intentos de ser el mejor y de seguir las órdenes de su padre habían causado un sufrimiento inimaginable a sus hermanos. El dolor y la culpa lo abrumaban, pero también sentía una nueva determinación crecer dentro de él.

Naruto el demonio del amor...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora