dulzura

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El castaño deposita un suave beso sobre el dorso de su mano, la cual se encuentra firmemente entrelazada con la ajena. Taesan no puede evitar que sus mejillas se coloreen de carmesí ante el cariñoso acto público de Woonhak.

Aún después de seis meses de estar saliendo no logra acostumbrarse.

Una tenue sonrisa decora sus robustos labios al mismo tiempo en que las puertas principales de la universidad son abiertas por su novio, quien le cede caballerosamente el paso. Sólo por hoy decide aceptarlo sin emitir queja alguna.

—¿Clase de...? —Pregunta el más alto mientras caminan por el pasillo, aún sin un rumbo fijo. Taesan se apresura en responder.

—Probabilidad y estadística.

—Si no mal recuerdo, está en la segunda planta, ¿no? —El pelinegro asiente, entonces los labios de Woonhak se curvan en una sonrisa bastante entusiasta—. Hoy me toca Contabilidad, que también está ahí.

Han se ve contagiado por la brillante sonrisa de su novio. Con cautela, observa a ambos lados del pasillo por el que transitan, teniendo mucho cuidado de que no se encuentre nadie mirándolos, para seguidamente depositar un casto beso encima de los delgados belfos de su pareja. Éste no puede evitar ensanchar la comisura de sus labios ante tal atrevimiento por parte del mayor.

Su pequeña burbuja se sume en un cálido silencio mientras continúan con su caminar hacia las escaleras que los llevará a la segunda planta del edificio.

Cuando doblan por una esquina hacia un pasillo directo, se encuentran de lejos con un alto chico de cabellera revoltosa que revisa con atención uno de los tantos tableros encargados de brindar información de diverso tipo.

Taesan es quien decide dar el primer paso al levantar su única mano libre y agitarla animadamente al aire en una clara señal de saludo hacia el chico que se voltea a mirarlos, Woonhak cree que es prudente imitar su gesto, así que lo hace, inconscientemente de una forma un poco tosca. Está claro para el menor que debe de tener una buena relación con alguien tan importante en la vida de su novio como lo es Myung Jaehyun.

El chico a la lejanía inclina la cabeza hacia abajo por unos segundos en respuesta para luego volver a subir la mirada. Se queda por un momento observando fijamente al chico junto a su amigo, sus orbes cobrizas se clavan en el nuevo rostro ajeno, obsequiándole una mirada que para el castaño menor representante recelo y territorialidad. Lo deja desconcertado y eso realmente no le agrada, por lo que, siguiendo el juego, pasa el brazo que anteriormente sostenía la mano de Taesan a su cintura al tiempo en que ponen un pie sobre la escalera de concreto.

El pelinegro no puede evitar sorprenderse ante lo repentino que había sido aquello, sin embargo, sólo decide subir las escaleras junto a Woonhak sin decir nada.

Al encontrarse dentro de la segunda planta, el castaño decide hablar.

—¿Viste cómo me miró? —Inquiere con evidente ofensa, casi en un tono infantil-. Fue muy grosero de su parte.

Taesan ríe levemente.

—Y muy tonto de tu parte interpretarlo así —Dice el mayor, acariciando el brazo de su novio que está en su cintura. Woonhak sólo bufa, limitándose a afianzar el agarre.

Como puede, el pelinegro logra entrelazar sus dedos con la mano que se encuentra en su cintura.

—No te lo tomes así, sabes que él siempre ha cuidado de mí cuando ni siquiera mis padres estuvieron conmigo —Explica una vez más, acariciando con cariño la mano de su pareja—. Jae-hyung ha sido parte de mi vida desde que tengo uso de razón, y lo único que siempre ha deseado es protegerme.

Kim asiente, lo comprende. Una sonrisa vuelve nuevamente a dibujarse en su rostro.

—Está bien.

Y con el tema aparentemente solucionado, ambos caminan un poco más hasta que les toca separarse para asistir a sus clases.

¿Quién es? ━━ DDINGDONGZ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora