[Mark ]
Habían pasado cuatro días, o eso creo; solo veía la luz del sol un momento, cuando despertaba ya era tarde, o eso supongo, porque al poco rato comenzaba a oscurecerse y entonces el llegaba.
Las cortinas eran cerradas al igual que la puerta, siempre traía un cigarrillo y una copa o botella de alcohol.Un traje el cual comenzaba a quitar para después ponerse sobre mi y hacerlo.
Así habían sido estos días, uno tras otro sin descanso.La única cosa que había comido era algo de fruta, pero solo había sido el día de ayer y hace como dos días algo de pan y agua natural.
Seguía en la misma cama, sin prenda alguna y sin poder levantarme; tenía demasiada hambre y sed, aparte de que todo mi cuerpo dolía como la mierda haciéndome imposible el levantarme.Solo esperaba a la mucama, ella entraba a limpiar, cambiar las sábanas y abrir las cortinas, algunas veces me despertaba y me ayudaba a levantar cuando tenía que orinar aunque no me dejaba solo siquiera en el baño.
Pero realmente necesitaba una ducha, sentía que apestaba además de que probablemente tenía rastros de la sangre seca por todos lados, incluyendo mi cara.
Ayer me había golpeado tan fuerte con el puño cerrado que sentí el sabor metálico de inmediato en mi boca y saliendo de mi nariz, lo hizo después de que volviera a decirle que no quería hacerlo.Pero solo había sido sexo y varios golpes en la cara, aunque podía ver esas marcas verdosas en mis piernas, en mi cintura y en mis brazos; no me había visto en un espejo para saber como estaba mi cara, aunque seguramente estaba del asco.
Tal vez no es mucho, en ese lugar donde estaba antes habían días que no nos daban de comer, ni permitían ducharmod, pero ahora era diferente, me sentía excesivamente sucio...tal como el lo dijo, estoy tan sucio.
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Ella volvió a entrar esta vez con una charola; un vaso, una jarra de agua y una pastilla.
—Buenos días, tome esto por favor.
Lo hice, al parecer era un analgésico como la vez pasada y además tenía demasiada sed.
Me sirvió más agua y casi me terminé toda la jarra; aunque no entendía el porque me traía esto ahora y no desde hace unos días.—¿Puedo tomar una ducha ahora?
—El señor llegará antes así que puede preguntarle a él.
—¿Antes? ¿Porqué?
—Descanse otro poco.
—¿Puedo comer algo?
—Ya sabe la respuesta. Así que con permiso, me retiro.
Cada vez que venía ella eran las mismas preguntas y las mismas respuestas. Pero aún tenía esperanza de que se apiadara de mi y me trajera aunque sea agua porque el alcohol que algunas veces el me hacía beber sabía sumamente mal.
No entendía como diario podía tomar eso y peor aún siempre tener ese olor a cigarro.Me volví a recostar, sin intentar levantarme hasta que el analgésico hiciera efecto en mi.
Tal vez unas horas pasaron hasta que desperté y lo vi entrar; dejó un maletín al pie de la cama y tomó su celular, una llamada caminando hasta la ventana, viendo hacia afuera mientras hablaba con un tal Bae.
Al colgar se sentó en el sofá frente a la cama aún con el celular en la mano.
—¿Tomaste la pastilla?
—Si.
—Bien.
—Yo p-puedo..o...— se levanto tomando el maletín y entro al vestidor, no tardó demasiado.—¿Puedo tomar un baño?— dije en un tono algo bajo y tratando de sentarme en la cama.
El solo me vio fijamente unos momentos y volvió a su celular.
—Puedo bañarme...?— alcé un poco más el tono, quería un si como respuesta pero el me estaba ignorando totalmente.— ¡Oye!
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ERES MIO
RandomAhora eres mío, ¿lo entiendes? Yo no soy el malo aquí pequeño, intenta desafiarme si quieres. Porque incluso tu lindo cuerpo sin vida es mío, cada parte de ti me pertenece, peor que todo eso, tu miedo me pertenece. Y pronto tu necesidad llevará mi...