Naruto - El Bromista Definitivo

6 - Bromista y Jugador...

En ese mismo momento, la clase 77-B, se encontraba en un estado de asombro. Su estado de asombro se debía a una sola razón. Todos se preguntaban qué había hecho Naruto. Antes de que empezara la clase, Chisa Yukizome le había dicho al rubio bromista que tenía que presentarse en el despacho. Había pasado una hora desde el comienzo de la clase y no se sabía nada del rubio. Sabían que el rubio podía cuidar de sí mismo, pero como clase sólo querían asegurarse de que Naruto no tuviera ningún problema grave.

"Lo siento, clase, pero voy a ausentarme un rato para comprobar algo". anunció Chisa a su clase, mientras dejaba un libro en el suelo. Sin decir nada más, Chisa salió de la clase. En cuanto cerró la puerta, la clase empezó a hablar.

"Sabéis la verdadera razón por la que Yukizome-senpai abandonó la clase, ¿verdad? La voz de Hiyoko atravesó la clase. Todos dejaron de hablar para ver qué iba a decir la pequeña bailarina. "Le preocupa que su aventura con Uzumaki-san haya sido revelada a su jefe".

"¡¿QUÉ?!" Todos se sorprendieron. ¿De verdad acababa de decir eso?

"¡Hiyoko! Sabes que no debías decir nada sobre lo de ayer!" Mahiru reprendió a la bailarina bajita.

"¡Espera! ¿¡Has dicho ayer!? ¿Dónde lo has visto?" Sonia casi golpeó el escritorio con las manos y estuvo a punto de gritar a las dos chicas. Quería saber qué habían visto esas dos. Tal vez ésta fuera la razón por la que el rubio no vino ayer con las chicas para ayudarlas a hacer la maleta. No necesitaban su ayuda, pero aun así habrían disfrutado de su compañía.

"Creo que estaba cerca del parque. Quizá... Cerca del puesto de ramen más cercano". Mahiru intentó recordar los detalles. A diferencia de su amiga bailarina, ella había pensado que aquel momento debía ser privado. No era necesario compartirlo. Comprar a Hiyoko, era un tipo de persona traviesa. Mientras los cotilleos no fueran sobre ella, no le importaba. No era uno de sus mejores rasgos, pero... Sí Mahiru no tenía nada que decir al respecto.

"¡Esa zorra!" Pensó Sonia con rabia. Todo el mundo conocía la afición de Naruto por el ramen. Era la forma más fácil de que hiciera lo que quisieras sin que se resistiera. Aunque normalmente Sonia era una persona sensata, al pensar que Chisa había almorzado con el rubio, todo pensamiento racional salió volando por la ventana.

"Ibuki no cree que eso ocurra en absoluto". Ibuki intentó defender a su nueva compañera de piso. Al mismo tiempo, no quería creer que aquellas dos hubieran quedado para comer.

"¿Qué crees que hicieron realmente esos dos?".

"Ibuki sabe que no tenían una cita para comer ramen. Estaban planeando algo grande para la clase. Algo que Ibuki sabe que será increíble". La música no sabía cómo defender a Naruto, pero aún podía negar la salida de Chisa.

"Pero Ibuki, no puedes negar que es un poco raro que Naruto y Chisa hayan salido de la clase. Y si nosotros lo vimos, eso podría significar que otras personas de nuestra escuela también lo vieron". Mahiru intentó ser razonable con su compañera de clase. La pelirroja sabía que Ibuki era una de las personas más cercanas a la rubia, pero al mismo tiempo no podía negar lo que había visto.

"¡Idiotas! La escuela ha descubierto que ninguno de mis leales animales haría daño a Naruto. Están intentando sonsacar la información para que mis leales animales no les ataquen!" Gundham expresó su propia opinión sobre el asunto. Todos miraron fijamente al Criador Definitivo, preguntándose si realmente creía su propia afirmación. Al ver la expresión seria de Gundham, todos supieron que sí.

"Tanto hablar de ramen me está dando hambre". murmuró Akane para sí misma, mientras se dejaba caer sobre su escritorio. Toda esta charla sobre comida hizo que la chica bronceada quisiera salir de clase y conseguir un plato gigante de comida. O tal vez darle a Teruteru un rápido vistazo al tirante de su sujetador y él haría cualquier cosa que ella quisiera que hiciera.