5 - El día anterior...

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¿Puedo preguntarte algo? ¿Por qué quieres hacerte fuerte?" preguntó Haku a la rubia.

Naruto se quedó mirando a la dama que tenía delante, preguntándose qué había querido decir. Era una pregunta extraña para la rubia. No sólo se la había sacado de la manga, sino que, además, ¿por qué le había preguntado eso? No tenía motivos para hacerse fuerte. No quería hacerse fuerte simplemente porque era un demonio. No quería hacerse fuerte porque Seekvaira se lo había ordenado. Pero, ¿por qué parecía que algo en lo más profundo de su mente le decía que tenía que hacerse fuerte?

"No creo que tenga ninguna razón para hacerme fuerte", respiró hondo para calmarse. "¿Por qué lo preguntas?"

El rubio, aunque despistado, aún necesitaba averiguar por qué la mujer le hacía aquella pregunta. Podría haberle dicho su comida favorita, su color favorito y muchas cosas más sin ningún problema. Pero por qué quería hacerse fuerte. No tenía respuesta para ella.

"Me gusta oír las razones de la gente para querer hacerse fuerte. Me gusta oír las razones de la gente, desde querer proteger a los demás, hasta simplemente ser fuerte por el mero hecho de serlo". Haku le dedicó una cálida sonrisa.

"¿Y qué crees que hace fuerte a una persona?"

"Creo que alguien sólo puede llegar a ser fuerte si desea proteger a alguien. Mientras tenga eso, no hay límites para lo fuerte que puede llegar a ser una persona". Naruto sólo pudo sentir la sinceridad de sus palabras. La rubia no podía negar que su razón era válida. Tenía una buena razón, pero Naruto sintió que había querido decir algo más de lo que decía.

"Por mucho que me haya gustado nuestra charla, creo que se está haciendo tarde para los dos". Haku se levantó y se sacudió el polvo. Naruto levantó la vista y se dio cuenta de que el sol se ponía lentamente. Le sorprendió que hubiera pasado tanto tiempo.

"Naruto, espero que podamos volver a vernos". le dijo Haku antes de marcharse. Naruto le dijo adiós con la mano mientras la veía marcharse. En cuestión de segundos ella había desaparecido de su vista dejando al rubio solo. Mirando a su alrededor, se dio cuenta de que había menos gente en las calles. Al ver que ya no había motivo para estar fuera, decidió regresar al hotel.

Dando unos pasos, el nuevo demonio empezó a dirigirse a su destino antes de detenerse. Sus pensamientos volvieron a asaltarle. Era un demonio sin un verdadero propósito. No deseaba ser más fuerte de lo que era, pero sabía que si se lo decía a Seekvaira, se enfadaría con él. No le importaba el dinero ni el poder. Ni siquiera como demonio tenía verdaderos deseos. Y por lo que sabía, un demonio sin deseos era casi inútil, incluso sin sentido.

Quería ver a sus padres, pero le iban a obligar a entrar en el inframundo después de este viaje. Su maestro no le había dado ninguna razón por la que tuviera que ir. Sólo que tenía que hacerlo por su entrenamiento. Eso significaba para él que iba a poder seguir viendo a sus padres, pero no libremente como solía hacerlo. ¿Por qué era tan complicado ser un demonio? ¿Dónde había una guía de demonios cuando la necesitaba?

"Nyyaaa". Aquel sonido sacó a Naruto de su cadena de pensamientos. Miró hacia abajo y se dio cuenta de que un gato negro se frotaba contra su pierna. Alcanzó al gato, lo levantó y le echó un buen vistazo. A sus ojos, era un gato negro normal. Lo único que destacaba eran los ojos color avellana del gato.

"Hola, monada", saludó Naruto al gato negro. El gato pareció soltar un saludo propio mientras ronroneaba entre sus manos. El rubio sonrió para sí. Bueno, este gato le ayudaba un poco a mejorar su humor. "Lo siento, pero no tengo pescado para que comas".

"Nyyyaaa". Si entendiera a los gatos, habría jurado que el gato se había quejado. No podía culpar al gato, acababa de negarle su comida favorita. Ahora sabía que tenía que deshacerse del gato.

Naruto - Nueva vida como diabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora