La mejor de las DEBS y la mejor delincuente no antes vista juegan al gato y al ratón... Un juego que para ambas significará arriesgar todo lo que tienen.
Día a día, Red y Chloe se conocían más y más, mientras sus sentimientos hacia la otra crecían.
Red intentó enseñarle a Chloe a manejar su antiguo Cadillac, pero se notó que la pelirroja tenía otras cosas en la cabeza cuando en vez de encenderlo, apretó un botón logrando disparar un misil desde el auto y explotando una pequeña casilla ubicada en el medio de la playa de estacionamiento en donde estaban.
Mientras tanto, en los cuarteles de las D.E.B.S, se hacía todo lo posible para rescatar a la peli azul secuestrada por la maléfica Red Hearts.
Elijah había tomado en sus manos el allanamiento de lugares que pertenecían a Red Hearts y sus secuaces, tratando de encontrar a su ex novia en alguno de ellos. Pero siempre salía con las manos vacías.
Aislinn había comenzado a escribirse con Maddox, hablando a veces por Skype y así sabía que su amiga estaba a salvo.
Cada D.E.B que supiera un idioma diferente, se comunicó con las demás alrededor del mundo tratando de así obtener alguna pista sobre el paradero de Red y su secuestrada.
Lo que más le gustaba a Chloe, era ver las fotos de Red de pequeña. La mujer ya tenía un arma a la joven edad de cuatro años en la mano. Y solía reírse junto a ella mientras escuchaba las historias.
— ¿Chloe, ¿dónde estás? Se que estás jugando hockey con Red, pero tienen a toda la escuela buscándote. Elijah, todos. Llámame —dijo Aislinn llamando a Chloe y encontrándose solamente con el contestador.
Genenieve y Blair solían recorrer los puertos, haciendo que la primera lograra frustrarse demasiado cuando nadie sabía responderle sobre su amiga y comenzara a intentar sacar respuestas a punta de pistola.
Chloe le hizo un regalo a Red. Solo por el simple hecho de ser quien era. No era una desalmada asesina a sangre fría, simplemente una ladrona. Si es que eso podía diferenciar algún grado de criminalidad. Red brillaba sonriente al ver un juego de esposas bañados en diamantes. Era realmente hermoso.
— Chloe, oh, mi Dios, si no vuelves, lo diré... Le diré a tu madre. Estoy llamándola y contándole ahora mismo. —dijo Aislinn dejando un mensaje más en el correo de voz de Chloe.
Anastasia casi mata a alguien cuando vio a Red y Chloe compartiendo una malteada en uno de los bares de criminales. Quizás si fuera a mutilar a alguien la bronca que había sentido se le desvanecería.
— En serio, Chloe. Siento dejarte un mensaje tan malo. Solo... por favor, vuelve a casa. —dijo Aislinn una vez más dejando el mensaje.
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— ...Entonces, un hombre misterioso se presenta en mi secundaria y me entrega una carta la cual es, como: Felicitaciones, has sido aceptada en la Universidad Jameson. Y pensé, "Yo no solicité plaza en esa Universidad" —le contó Chloe a Red. Era de noche y estaban acostadas en una de las locaciones secretas de la criminal.
