Rengoku comió toda la comida de forma desesperada y luego Shun tomó las cosas, evitando la mirada de Rengoku pues su naturaleza bondadosa, le hacía sentir gran culpa por lo que estaba pasando, se levantó para irse pero la voz del pilar lo detuvo.
-Oye... por qué hacen esto? ustedes son magos ...encerrarme acá es demasiado, no quise invadir su territorio...yo..-A Rengoku le costaba un poco hablar debido a que estaba algo herido y no tenía muchas energías.
-Lo siento pero no puedo decir nada, al menos no por ahora -dijo Shun retirándose. La voz de ese mago era suave y calmada pero claramente se percibía una profunda tristeza en ella.
-No puedo ver a una persona sufrir así, debo brindarle ayuda a sus heridas de alguna forma, intentaré convencer a Kiyoshi.
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En el distrito floral Satoru recibe la carta de Shun. El respondió a la carta enviando su siguiente orden.
Carta de Satoru.
-Haganle una advertencia al pilar, de que olvide a ____, y no vuelva al distrito floral o si no nunca lo vamos a liberar, si el se compromete a no volver a aparecer en la vida de ____, yo le perdonaré su vida, de lo contrario, se va a arrepentir de haberse metido en mi camino. Envíame la respuesta de Rengoku pronto.
-Al fin es mi hora de conquistar a ___ sin obstáculos, luego le haré una visita a ese maldito y me divertiré un poco, aplastaré su voluntad para quitarlo del camino para siempre si es necesario.
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Palacio helado.
-Kiyoshi el pilar está muy herido, puedo brindarle ayuda médica?, puedo curarle las heridas...-Preguntó Shun con una gran preocupación
- Estas loco?, bueno si ese pilar te hace algo te las arreglarás con el señor Satoru tu, a mí no me metas en tu problema.
-Tomare la responsabilidad Kiyoshi, gracias- dijo haciendo una leve reverencia, a la cuál Kiyoshi sólo viró los ojos con enfado.
Con pasos firmes buscó un kit de primeros auxilios y fue hasta la mazmorra pero cuándo llegó Rengoku estaba desmayado, al parecer se había desmayado del dolor y el frío.
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