trae a la familia

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Capítulo 33

No somos bandidos, pero solo queremos divertirnos sin obstáculos...

Después de que Jiang Xia terminó de hablar, vio que el hombre de enfrente estaba en realidad aturdido.

Su rostro se ensombreció de disgusto.

Levantó la mano, tocó una piedra y se la arrojó al brazo de Shen Jingshen.

"¡Hiss!" Shen Jingshen, que no estaba completamente preparado, fue golpeado directamente.

Los aldeanos detrás de él vieron esto y rápidamente lo ayudaron a levantarse.

Tan pronto como los aldeanos detrás de él se apresuraron, la punta del arma de Jiang Xia se levantó de inmediato.

Shen Jingshen temía que dispararan sus armas, por lo que rápidamente extendió la mano para bloquear a los aldeanos detrás de él.

"Estoy bien", aseguró rápidamente Shen Jingshen a los aldeanos.

Al mismo tiempo, levantó los ojos y miró a Jiang Xia.

Luego volvió a levantar los brazos. Dijo en

voz alta: "No pretendemos hacer ningún daño, por favor no dispares".

"Podemos darte los pocos granos que tenemos, pero tienes que prometerme que no lastimarás a los aldeanos detrás de mí".

La voz del hombre, pero había un ligero interés en sus ojos.

Aunque se trata de un hermoso malentendido, este hombre no es una mala persona.

El cuerpo erguido de Jiang Xia era deliberadamente cachondo, e inmediatamente mostró un poco de temperamento de bandido.

"¿Qué pasa si no nos gusta tu pequeña comida?",

Bromeó Jiang Xia, levantando la mano y poniendo la lanza en su hombro.

De hecho, suele ser una mujer bastante decente, pero cuando vio a este hombre hoy, de repente tuvo la idea de burlarse de él.

Cuando Shen Jingshen escuchó las palabras de Jiang Xia, no pudo evitar gritar en su corazón que era terrible.

Parece que hoy tuvieron mala suerte y realmente se encontraron con bandidos.

Sin embargo, sacó a la gente.

Pídele que los entregue, no puede.

Shen Jingshen no pudo evitar mirarlo a la cara y luego habló.

"Estamos huyendo de la hambruna, por lo que es normal no tener comida con nosotros".

"Solo tenemos una cantidad limitada de comida, lo creas o no",

dijo Shen Jingshen, extendiendo la mano para pedir a los aldeanos detrás de él que se llevaran la única comida que quedaba. . salga.

Luego caminó la mitad de la distancia, colocó el grano en el suelo y dio un paso atrás.

El padre Han no había sido bandido durante mucho tiempo. Cuando vio que había comida, subió y la recogió porque le picaban las manos.

Cuando la abrió, quería follar con su madre.

El padre Han levantó el arma en una mano y maldijo a Shen Jingshen.

"¿Puedes llamar a esto comida?"

"¡Salvado de arroz y heces de frijoles, tú alimentas a los cerdos!"

Shen Jingshen estaba enojado por lo que dijo el padre Han, pero no se atrevió a resistirse debido a la lanza en su mano.

"Tenemos comida seria. No robamos ni robamos. No hay nada que no podamos comer", dijo con frialdad.